Son días de incertidumbre para todos y cada uno de los sectores por la evolución de la pandemia. Para la hostelería mucho más, ya que tras la declaración del toque de queda y las limitaciones horarias han perdido en la última semana el marco de las cenas. Aun así, la esperanza no está perdida. Y un claro ejemplo de ello es el nuevo proyecto hostelero del gaditano Germán Lloret, ‘El Rincón de Silvia’, que ha echado a andar precisamente esta semana en la ciudad. Situado en el barrio de Puntales, en el Club Náutico Alcázar, este local pretende ser “un bar normal, con unas vistas muy bonitas, tapas, pescado fresco y guisos del día”, nos cuenta su propietario.
Cuando iba con mi padre al Club Alcázar antiguo, que hoy en día es un edificio en ruinas, ya me parecía un sitio espectacular”A la pregunta de cómo se le ocurre abrir un bar en plena pandemia, Lloret asegura que su pareja “que es la que mejor me conoce, dice que estoy un poco loco; aunque en realidad siempre estuve detrás del local y surgió la posibilidad de cogerlo”. Nos cuenta que inicialmente le hizo “una propuesta bastante arriesgada a Cruzcampo en Cádiz y me ayudaron sacarla adelante. Económicamente sin ellos y sin su respaldo no podría haberlo llevado a cabo, por eso quisiera expresar mi agradecimiento”. Cree que “este era el momento, porque el tren pasa solo una vez y hemos decidido subirnos a él”.
Lloret confía en que “no nos encierren, sino que nos limiten el horario”. El establecimiento, asegura, “es muy espacioso” algo que “nos permite tener las mesas con la distancia de seguridad”.
Aunque no haya sido hasta ahora cuando ha podido desarrollarla, lo cierto es que la idea de hacerse con este lugar le rondaba la cabeza desde hacía bastante tiempo. “Cuando iba con mi padre al Club Alcázar antiguo, que hoy en día es un edificio en ruinas, ya me parecía un sitio espectacular”, explica. Y es que las vistas a la Bahía que tiene este lugar son envidiables. Lloret a este respecto nos comenta que “no quiero cobrar al cliente por las vistas, porque es algo que está ahí y nos lo ha dado la naturaleza y la suerte de nacer en Cádiz”, por eso mantendrá “precios totalmente razonables” en su bar.
Este nuevo proyecto se suma a otro que regenta este gaditano en el barrio de La Laguna, ‘Mamá Margarita’, que “nos va muy decentemente aunque no sean los mejores momentos; ahora hay que trabajar más para ganar un poco menos, no nos queda otra. Ya vendrán mejores momentos”. Con este optimismo afronta la andadura del nuevo establecimiento. En el caso de que llegara un nuevo confinamiento, intentarán salir a flote con el servicio a domicilio y comidas para llevar. Lo que está claro es que él y su equipo no se van a parar “porque, en algún momento, todo esto tendrá que pasar”.