El culebrón infinito de Abengoa tuvo ayer un nuevo capítulo. Esta vez la novedad es que la acción paso de Sevilla a Valencia. Desde allí, fuentes de la Generalitat afirmaron que estaba negociando con la multinacional para que trasladara su sede a tierras valencianas. Para reforzar esta intención, el presidente del Gobierno valenciano, Ximo Puig, llegó a afirmar en la sesión de control parlamentario que estaban negociando con una multinacional para "cambiar su sede", en clara referencia a Abengoa, porque "eso es trabajar por los intereses generales de la Comunitat Valenciana".
Susana Díaz
Inmediatamente, varios líderes de la oposición del Gobierno andaluz como la socialista Susana Díaz salieron al paso de estas declaraciones para pedir un esfuerzo a la Junta para mantener a Abengoa en Andalucía. "La falta de compromiso del Gobierno andaluz cuesta caro a nuestra tierra en el peor momento posible". Además, afirmó que desde el PSOE "pediremos responsabilidades a la Junta por no evitar la deslocalización de Abengoa".
Postura del Gobierno andaluz
Por su parte, el vicepresidente de la Junta, Juan Marín, consideró que no ve posible que la sede de Abengoa se traslade a Valencia sólo porque el Gobierno andaluz no encuentra un mecanismo para respaldar el plan de reestructuración elaborado por la actual dirección con los 20 millones que pide la compañía. cuando "necesita una financiación de más de 500 millones de euros".
Además, fuentes de la Presidencia, señalaron a este medio que "la Junta no va a dar un sólo euro de los andaluces a ninguna empresa si nocuenta con todos los informes jurídicos favorables". Toda esta nueva polémica tiene trazas de ser un nuevo intento de presión de la dirección de la compañía para presionar a la Junta a que apoye el plan de rescate antes de la celebración de una nueva junta extraordinaria de accionistas el próximo 21 de diciembre, en el que se elegirá el nuevo consejo de administración, que a su vez podrá designar unos nuevos gestores para la compañía.
Las opciones son un consejo de administración continuista propuesto por Gonzalo Urquijo, destituido como presidente de máximo organo de la compañía en la pasada junta de accionistas, y otro completamente nuevo respaldado por la plataforma de accionistas minoritarios, que precisamente promovió la celebración de estas juntas.