Cuesta creerlo. Resultó auspicioso en materia de empleo el estreno de 2021, en Jaén, merced al trajín y el fragor de la recolección. Todo el año habría que estar recogiendo aceituna. Así notaríamos menos el frío, la sangría demográfica y la factura de la luz. Las eléctricas la suben en plena Filomena. Un lance recurrente para arremeter contra el Gobierno de coalición PSOE-UP, sociocomunista, que conmemora en estos días su primer aniversario, a sabiendas de que el incremento (del 27 por ciento) se fija a través del precio del kilovatio/hora, potestad del liberalizado sector energético, recordando que en un trance similar, en diciembre de 2017, cuando presidía el Ejecutivo el popular Rajoy, la izquierda antisistema, hoy confortablemente instalada en despachos ministeriales, sentenciaba al respecto, maldita hemeroteca: “Ningún Gobierno decente debería tolerarlo”.
Fue este 5 de enero, en la capital del Santo Reino, una tarde-noche caída del cielo, en parapentes motorizados, con la terna de monarcas más snob, prejuiciosa y melindrosa que la caspa de los cronistas oficiales recuerde. Algo marcha mal en el curso de las cosas cuando los Reyes Magos tienen que copiar la logística de Papá Noel. Sin cabalgata estática, como en otros pueblos, Carrera arriba, Carrera abajo, nos asaltó la nada. Jaén, páramo congelado, olivar helado, redujo las contingencias del temporal de nieve a las aldeas de Santiago-Pontones. De la Junta en Jaén, de juanmas y maribeles, de juanes y migueletes, a propósito de las emergencias inherentes a la crisis que padecemos, incluida la meteorológica, seamos honestos, apenas cabe esperar unos cuantos sacos de sal. No más. El cierre de los albergues fuerza a los temporeros sin tajo a coger las de Villadiego, en tanto muchos de los lugareños, inertes por ERTEs prolongados hasta mayo, se aferran a cualquier clavo ardiendo. ¿Quién cree, de este cariz, en ICOs bonicos y aplazamientos a plazo fijo? 2021 nació con el peor de los augurios, el del niño muerto. Y si Dios no proveerá, en año de nieves sin bienes, ¿por qué no empezarlo y acabarlo ya?
Dices tú de tormentas perfectas, de plagas, de la irrefrenable vigencia de la tercera ola del coronavirus, de vacunas que pinchan a destajo en geriátricos y centros de salud, y chinchan de paso a negacionistas de toda condición, por más que el horizonte de la inmunidad de rebaño se atisbe todavía lejano. La pandemia, en política orgánica, congela los planes sucesorios. En el PP de Jaén o en el PSOE de Andalucía los plazos para la renovación de ejecutivas, de febrero a junio, se diluyen en el éter de la provisionalidad epidemiológica. De hecho, algunos se retiraron a sus cuarteles de invierno en diciembre aguardando novedades inminentes y a estas alturas del telediario ni han vuelto ni se les espera. España es, hoy más que nunca, una república coronada de incertidumbre. Nadie acierta a dar un paso hacia adelante sin mirarse antes la suela y proyectar su próxima pisada. La alcaldesa de Benatae, la socialista María Francisca Espinosa, coordinadora comarcal, deja el cargo. El control a distancia desde la capital de la Sierra de Segura, por parte de los barones Jacinto Viedma y Ángel Vera, funciona solo a medias. Pascual Bermúdez, otrora delfín del defenestrado (ex delegado de Educación) José Ángel Cifuentes, suplirá a la dimisionaria.
Lunes, 11. Los niños vuelven al cole. En las horas previas, entre el jueves y el viernes, test de antígenos a todo el personal docente, administrativo y de servicios. No es garantía de nada pero nadie discute su oportunidad. Javier Imbroda, consejero del ramo, y Juan Marín, vicepresidente de la Junta, en amor y compaña, comparecen esta tarde telemáticamente ante la militancia. ‘Cs Andalucía, somos un equipo’, reza el eslogan propagandístico. En el caso hipotético de que la marca ‘Arrimadas’ se desinflara en las cercanas autonómicas catalanas, las opciones de pervivencia en el poder andaluz del político sanluqueño aumentarían exponencialmente. Es decir, en política orgánica, tantas veces, cuanto peor, mejor. Miguel Moreno, el profeta de Marín en la provincia, se congratula de la confirmación de la resolución de inversión de los 3 millones de euros, incluidos en los presupuestos de la Junta 2021, con cargo a la ITI, con que se empezará a intervenir esta primavera en la recuperación del anfiteatro romano de Porcuna. ¿Ven como la ITI es una cuestión de fe? Cerrar bien los ojos y creer fervientemente en que puede ser. La Junta consigna partidas presuponiendo la subsiguiente aportación europea mediante los planes operativos plurianuales. La fe en lo que no se ve (¿por culpa de la nieve?), frente al ateísmo financiero practicado por los voceros jaeneros de ese Gobierno que ha hecho que Madrid, en un solo año, se parezca tanto a Moscú.