El sector de la automoción ha cerrado un año negro, con una caída histórica de las matriculaciones. El futuro no es muy halagüeño, por la nueva ola, el miedo y la incertidumbre, las limitaciones a la movilidad y la crisis económica. El recién elegido presidente de la Asociación de Concesionarios de Automóviles de la Provincia de Cádiz (Acoauto), Ricardo Alfonso Álvarez, admite que será muy difícil mejorar los datos de 2020 y asume que solo igualarlos requerirá muchos esfuerzos. Por ello, reclama al Gobierno que disponga con urgencia ayudas que mantengan viva una actividad económica que, solo en la provincia, emplea a unas 4.000 personas y promete todo el esfuerzo que esté en mano de los profesionales.
2020 ha sido un año malo.
–Malo, muy malo. Si lo comparamos con 2019, que fue un año bastante bueno, con la recuperación consolidándose, la caída ha sido de un 30% en ventas a privados; en el caso de ventas a empresas y a empresas de coches de alquiler, la bajada ha sido de casi el 60%.
Al menos diciembre fue mejor.
–Diciembre fue un mes casi bueno, pero la caída acumulada durante el año ha sido histórica. En marzo matriculamos unos seiscientos y algo de coches; en abril, solo 38, con una caída del 98%. En mayo comenzó la subida pero solo con unos 700 ese mes. El daño de la pandemia a las empresas ha sido muy duro, Hemos tenido que hacer unos esfuerzos encomiables todos.
¿Cuánto empleo se ha llevado por delante la crisis?
–De momento, entre un 10 y un 15%. El sector de la automoción tiene unos 4.000 empleos en la provincia de Cádiz y al menos se han perdido 400 puestos de trabajo. Duele mucho, además, porque es un personal muy formado, es nuestro principal activo, y recuperar al que se queda en el camino resulta complejo y tiene también coste económico.
Se han perdido unos 400 empleos y duele porque es personal formado y recuperarlo tiene también un coste”
Las previsiones para 2021 no son buenas.
–No, no, no lo son. Esperemos y recemos para que la pandemia no siga avanzando y se cierren perimetralmente los municipios porque perdemos clientela. Por el momento se cae enero, se cae febrero y nuestra ilusion es que con la vacuna podamos enderezar el rumbo en marzo. Pero ya nos hemos comido un trimestre. Si hay peligro para la salud, restricciones e incertidumbre, nadia va a estar pensando en comprarse un coche como no sea una necesidad perentoria. Habrá que hacer muchísimo esfuerzo para que, como mínimo, igualemos los resultados de 2020. En principio, las expectativas que tienen las marcas es subir este año un 20% pero no creo que seamos capaces.
La subida del impuesto de matriculación no ayuda.
–De término medio, aproximadamente, va a subir entre los 800 y los 1.000 euros. La subida de escalón del impuesto viene dictada por la Unión Europea, pero habría que haber medido un poco esa progresión, hacerla asimilable en el tiempo porque, salvo que sea una primerísima necesidad, no se van a comprar coches y, además, comprar un coche va a resultar un problema.
Y se agota el Plan Renove sin que se hayan agotado 200 millones de fondos.
–Hay una poquita de ayuda para el coche eléctrico. Pero tenemos claro que si hubiera una ayuda estatal como la existente para abandonar los coches de combustión fósil para eliminar vehículos con más de diez años, las emisiones contaminantes bajarían de una manera enorme. Los coches nuevos, los modernos, emiten una décima parte que los que tienen más de diez años.
El achatarramiento del parque móvil también es un problema de seguridad.
–Es un problema grande. Pero hay mucho paro en la provincia y, si la economía va mal, es más difícil hacer el gasto en renovar el coche.
Pero habrá nuevas ayudas, ¿no?
–Vamos a solicitarlas a todos los estamentos institucionales. Ahora mismo, en las conversaciones informales que estamos teniendo, lo primero que dice el Gobierno es que hay que acudir al sector de la salud, que es el que más necesidad tiene. Y sí, la salud es fundamental, pero si la actividad económica se va al suelo, no sé dónde llegaremos.
Sin Plan Renove y con la subida del impuesto de circulación entre 800 y 1.000 euros, comprar un coche es un problema”
El Gobierno, en cualquier caso, se comprometió a promover un plan de impulso del sector de la automoción con 3.700 millones de euros.
–Tiene que plantearlo. Desde luego, el sector de la automoción es el termómetro que evalúa la salud económica. La caída de matricuciones muestra el cambio drástico.
Tiene la pinta de que esta crisis va a ser peor que la de 2008.
–Estamos peor que en 2008 y no se sabe cuándo va a terminar la pandemia. Pero si al término de la alerta sanitaria sigue habiendo liquidez en las instituciones que puedan aportar, aunque sea hipotecándonos, será más fácil salvar esta crisis que la de entonces.
Y el sector, ¿qué piensa hacer para conseguir la recuperación?
–Lo que planteamos es trabajar mucho, hacer lo imposible y no cargarse de complejos porque la cosa esté mal. Mi opinión es que hay que sobreponerse con ilusión y con esfuerzo para salir adelante. No vale lamentarse, toca apretar codos y tirar para salvar los baches. Estamos muy unidos y queremos impulsar los convenios del metal, que lleva parado desde 2017, y el de la automoción. Por el momento no han aparecido a nuestras llamadas a la negociación ni Femca ni los sindicatos. Pero seguimos aspirando a que nuestro principal capital, los trabajadores, puedan tener las mejores condiciones.
