La Universidad de Sevilla (US) conectará sus campus con una red-circuito de puntos para recarga de vehículos eléctricos. Serán 22 los estacionamientos que se instalarán en los campus Norte, Reina Mercedes, Ramón y Cajal, Central (Rectorado), Periférico y Pirotecnia.
La institución académica ha licitado un contrato de cerca de 234.000 euros para poner en marcha este proyecto, que se enmarca dentro del I Plan de Universidad Saludable y Sostenible, que debe aprobarse en Consejo de Gobierno.
Habrá puntos de recarga en centros como Comunicación, Odontología, Enfermería, Fisioterapia y Podología; en Bellas Artes, en el Rectorado, en el Sadus de los Bermejales; en la unidad docente del Hospital de Valme, Matemáticas y el Centro de Investigación, Tecnología e Innovación (Citius), entre otros.
Cada estación de recarga tendrá dos conexiones de 22 kW cada una para cargar entre 75 y 150 kilómetros de autonomía en una hora. Queda por definir, una vez se cuenta con la red para vehículos eléctricos, cuál será el sistema de explotación para la comunidad universitaria.
En la Universidad de Sevilla se mueven casi 80.000 personas por los 56 edificios dispersos por toda la ciudad. La US tiene las dimensiones de una capital como Cuenca (60.000 habitantes) y supera con mucho a ciudades como Teruel (35.000). Todo lo que se haga desde esta institución en beneficio del medio ambiente tiene un impacto importante.
“La Universidad de Sevilla -recoge el pliego de condiciones técnicas del contrato para la implantación del circuito de estacionamientos eléctricos- apuesta por las energías renovables y por infraestructuras energéticas sostenibles, además de por diversas líneas de actuación en los edificios, como la optimización del consumo energético ajustando la curva de carga a la potencia contratada, la gestión de espacios con ajuste horario y la inversión en sistemas de climatización más eficientes”.
La Universidad de Sevilla cuenta desde 1995 con una Unidad de Medio Ambiente, ahora adscrita a la Dirección de Infraestructuras; desde 2012, con una Oficina de Sostenibilidad que dirige el catedrático de Biología Enrique Figueroa y, desde el pasado mes julio, está adherida a la carta de la ONU que declara el Estado de Emergencia Climática, con tres compromisos específicos: movilización de recursos para la investigación, ser neutrales en emisión de carbono en 2030 o 2050 (los dos horizontes temporales posibles) y ofrecer programas de educación ambiental.
La Dirección de Infraestructuras aporta un dato: en la última década, la superficie construida en la Universidad ha pasado de 585.579 a 691.210 metros cuadrados. En ese mismo periodo, la Universidad ha pasado de algo más de 21,06 kilos de CO2 por consumo de energía eléctrica por metro cuadrado al año a 14,21 kilos.