En las últimos meses, los ciudadanos de Ronda hemos podido observar diferentes remodelaciones tanto en las calles céntricas de la ciudad, como en los barrios periféricos. Un ejemplo de estos cambios ha tenido lugar en la calle Monterejas y Lauría. Hace tan solo unos meses, cuando paseábamos por estas vías y la noche llegaba a la ciudad soñada, algunos ciudadanos sentían miedo o incertidumbre de que les pudiera pasar algo de camino a sus domicilios, ya que la iluminación que había era cálida y de muy baja intensidad, por tanto apenas iluminaba.
De unas semanas para atrás, el Excelentísimo Ayuntamiento de Ronda, decidió cambiar las farolas y el alumbrado poniendo luz fría, led y de mayor intensidad, permitiendo que se vea mucho mejor toda la calle y de esta manera disuadir a posibles delincuentes.
Por otro lado, en la barriada “El Fuerte”, la Asociación de vecinos y amigos del barrio han pintado las calles mas desfavorecidas del mismo ayudando a que el barrio se vea más atractivo a los ojos de los vecinos. Del mismo modo, el Ayuntamiento ha realizado obras en las calles que dan a la carretera de Sevilla para arreglar los maceteros y pintar las paredes de esa zona. También han puesto iluminación en las rotondas que dan acceso a la ciudad. Todas estas acciones tienen una fuerte repercusión criminológica a la hora de evitar ciertos delitos en las ciudades. La teoría de ventanas rotas de P.Zimbardo, J.Wilson y G.Kelling explica muy bien esta idea. Para finales de los años 60, Zimbardo abandonó un vehículo, en condiciones claras de desamparoventanas rotas, puertas abiertas, chapa abollada, matricula caída, en un barrio desfavorecido de Nueva York.
Al poco tiempo el vehículo quedo totalmente desvalijado por las personas que por ahí circulaban y quedó inservible. Días después, decidió ubicar otro vehículo, en condiciones normales, en uno de los barrios más ricos de California. Al poco tiempo, decidió darle unos martillazos a las ventanas y carrocería, la conclusión iba a ser la misma que en el barrio desfavorecido.
Tan solo hacía falta ver una señal de abandono para que quedara en las mismas condiciones, desplumado. Este ejemplo es aplicable a los edificios y el mobiliario urbano, si dejamos que se vaya rompiendo, si no mejoramos la iluminación, si dejamos las pintadas en las paredes o si no arreglamos los cristales que se rompen, llegará un momento en que nuestro barrio, nuestra ciudad, quede en manos de los agresores, ladrones o salteadores de caminos.
Es por esto, que es deber de todos nosotros preocuparnos por el mantenimiento de nuestros barrios y calles para que en un futuro próximo se puedan evitar cierto tipo de delitos. Porque no solo es una cuestión de ética sino también de seguridad.
