El conjunto arqueológico de Itálica, enclavado en Santiponce (Sevilla) y que aspira a la declaración de Patrimonio Mundial como exponente del urbanismo y la arquitectura de la etapa del emperador Adriano, contabilizó en 2020, año marcado por la pandemia de Covid-19 y las restricciones dictadas contra la misma, un total de 61.296 visitantes frente a las 168.224 visitas cosechadas en 2019, último año completo previo a la irrupción del virus.
Según los datos de la Estadística de la Red de Espacios Culturales de Andalucía relativos a 2020, recogidos por Europa Press, las ruinas de Itálica, caracterizadas por su espectacular anfiteatro, registraron en febrero de tal año su mejor marca anual con 15.611 visitas, porque ya en marzo el número de visitas cayó a 6.294 coincidiendo con la implantación del primer estado de alarma contra la pandemia.
En abril y mayo el recinto no contabilizó ninguna visita a cuenta del cierre implícito en las severas restricciones frente al Covid-19 y, tras su reapertura, su siguiente mejor marca del año fue en octubre con 6.484 visitas, pesando después la segunda oleada de la pandemia y la reimplantación de las restricciones.
EL CONTEO DE VISITAS
Empero, cabe recordar que tiempo atrás, el Grupo de Adelante/IU en el Ayuntamiento de Santiponce denunciaba que como consecuencia de la "falta de personal" en el conjunto arqueológico de Itálica, "durante las fiestas y los fines de semana, las taquillas del monumento se cierran y quedan sustituidas por un cartel que indica la entrada libre", lo que "impide contabilizar las visitas reales".
En cuanto al conjunto arqueológico de Carmona, cuya necrópolis romana fue el primer yacimiento arqueológico en abrir sus puertas al público en España el 24 de mayo de 1885, en 2020 cosechó 17.027 visitas frente a las 39.566 visitas de 2019, toda vez que un artículo firmado por responsables técnicos del recinto y recogido por Europa Press expone que "la ausencia de inversiones ha imposibilitado remontar las carencias críticas detectadas" en el enclave en materia de conservación.
El monasterio fortificado de San Isidoro del Campo, fundado en 1301 en Santiponce, cerca de las ruinas de Itálica, y marcado por el expolio perpetrado en agosto de 2016 con el robo de dos paños completos de azulejos de su Claustro de los Muertos, de su lado, cosechó en 2020 un total de 12.575 visitas después de que en 2019 registrase 41.556 visitas, toda vez que esta joya del gótico y el mudéjar es objeto de una intensa campaña de los colectivos culturales locales, en demanda de más proyección y recursos para el mismo.
SIN DATOS DE LOS DÓLMENES DE VALENCINA
Los dólmenes de La Pastora y Matarrubilla, enclavados en Valencina de la Concepción y legado del asentamiento humano que habitó el sector norte de la cornisa del Aljarafe durante la Edad del Cobre, no son contabilizados en la estadística al permanecer cerrados desde el comienzo del primer estado de alarma, tras haber obtenido 13.743 visitas en 2019.
Con relación a estos monumentos megalíticos, un estudio publicado en la revista científica Journal of World Prehistory y recogido por Europa Press exponía que con una extensión calculada de unas 450 hectáreas, el asentamiento calcolítico de Valencina de la Concepción y Castilleja de Guzmán "es de lejos el mayor asentamiento de la Edad del Cobre" en toda la Península Ibérica y "posiblemente uno de los mayores de Europa occidental en la Prehistoria tardía".
Finalmente, el conjunto arqueológico del antiguo asentamiento romano de Munigua, enclavado en los aledaños y la ladera de una colina de unos 150 metros de altura, en lo que actualmente constituye el término municipal de Villanueva del Río y Minas, cerró 2020 con 7.881 visitas frente a las 8.796 visitas contabilizadas en 2019, con lo que proporcionalmente, fue el enclave arqueológico de la provincia de Sevilla menos afectado por las vicisitudes de la pandemia.
Fundada en el siglo I antes de la era actual para la explotación de los recursos mineros de la zona de Sierra Morena donde se ubica, --principalmente cobre y hierro--, esta población prosperó hasta convertirse en "centro económico, político y religioso" de su entorno durante los cuatro primeros siglos de la era en curso.