La Asociación BETILO hace un tiempo y a través de las redes sociales “llamó la atención sobre el deterioro de un pequeño y encantador azulejo del siglo XVIII situado en el dintel de la fachada de la casa de la calle San Juan 35, con representación de la Inmaculada Concepción. Se trataba de uno de los escasos ejemplares que conservábamos de la centuria del setecientos en las calles de El Puerto.”
A principios de este año “este sencillo azulejo fue retirado de su lugar. Aunque hicimos gestiones en el Ayuntamiento para saber qué suerte había corrido, no obtuvimos información. Pensando en positivo tal vez el dueño lo había querido preservar poniéndolo a resguardo para evitar su robo y de nuevo sería colocado una vez que se realizaran las obras”, apuntan en nota de prensa.
“Pero nuestra sorpresa ha saltado la semana pasada. Un ciudadano preocupado por el patrimonio portuense nos alertó el viernes de los trabajos de demolición de la casa, incluida su portada que, aunque en deficiente estado de conservación, aún se mantenía en pie”.
Los miembros de la Asociación BETILO no somos “fachadistas, ni queremos una ciudad caparazón. Asimismo, somos los primeros en considerar que la única solución para nuestro abandonado centro histórico vuelva a la vida es con el regreso de sus habitantes, y para ello se necesitan nuevas y cómodas viviendas adaptadas a las necesidades actuales, pero no a costa de nuestro patrimonio y de la pérdida de nuestra identidad, por mucho que la legislación y las normativas de carácter urbanístico lo permitan”.
Reconocen que “esta casa constituía una muestra de la tipología de vivienda del Barrio Alto. Son casas populares, generalmente de una planta, que ocupan parcelas alargadas con poco frente y fachadas sencillas, en las que la portada, normalmente realizada en piedra, constituye el único elemento al que se le concede un cuidado decorativo”.
BETILO insiste “que un centro histórico urbano bien conservado tiene muchas ventajas para sus habitantes y existen buenos ejemplos de rehabilitaciones”.