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Cumple 99 años la anciana gallega que dio esperanza cuando el virus atacó las residencias

Hay historias e historias y la de Elena Pérez, que se convirtió en símbolo de esperanza en medio mundo por sobrevivir a una pandemia, no es una más

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  • Vacunación contra el Covid. -

Hay historias e historias y la de Elena Pérez, la anciana que se ha convertido en símbolo de esperanza en medio mundo por sobrevivir a una pandemia, no es una más.

Ha cumplido 99 la mujer que superó el virus cuando la crisis sanitaria golpeaba con más crudeza a los geriátricos, durante la primera ola, cuando apenas había medios para luchar contra el minúsculo patógeno y tampoco información.

La vivencia de Elena es un relato de superación. Esta usuaria de un centro sociosanitario vivió la dureza del SARS-CoV-2 en la residencia de mayores San Carlos, en el ayuntamiento orensano de Celanova, cuyas instalaciones se convirtieron en uno de los primeros focos de coronavirus en Galicia.

A menos de doce meses para el siglo, Elena Pérez ya ha podido soplar velas por sus 99 primaveras este domingo, acompañada de toda la plantilla de la residencia y con su familia, una emotiva celebración donde no faltó el pastel y unas flores.

Lejos queda esa celebración de hace un año, con la única compañía de las trabajadoras, enfundadas con aparatosos EPIS donde apenas se les distinguía su rostro para evitar que el virus hiciese estragos entre los usuarios.

Si ha habido un lugar golpeado por la pandemia han sido las residencias de mayores, que un año después parecen volver poco a poco a la normalidad, con apenas contagios, una vez completado el proceso de vacunación de todos sus profesionales y de los mayores.

La vacunación ha supuesto un alivio para estos centros, donde se respira una alegría contenida después de un año largo marcado por el miedo de enfrentarse a la covid-19 cuando las muertes se contaban a diario y apenas existían recursos para protegerse.

“Es una alegría, esto ya se ve mucho mejor. Cuando decían que iba a venir la vacuna y nos pusieron la primera dosis, empezamos a respirar. Aunque la vacuna no te garantiza cien por cien nada, ya se respira de otra manera y se trabaja con ellos mucho mejor”, comenta a Efe Sonia Dopazo.

Esta trabajadora, que se convirtió en uno de los rostros visibles en la primera ola de la pandemia cuando los trabajadores decidieron salir a la calle para pedir manos en el momento más crudo de la pandemia, ya respira más aliviada después de  los “duros” momentos iniciales.

Un año y dos meses después, la principal pena de estas trabajadoras es “toda esa gente que se quedó atrás en el camino”. Y es que pese al trabajo casi invisible que realizan cuando entran en el centro, todos ellos, mayores y trabajadores, son “como de la familia”.

Con la situación más tranquila, la historia de Elena ya es un símbolo de esperanza. El año pasado quiso la mala suerte que se contagiase de coronavirus. Poco después, tuvo que ser trasladada a la residencia integrada que puso en marcha la Xunta en Baños de Molgas.

Después de permanecer 18 días ingresada, asintomática, finalmente regresó a la residencia de Celanova, en la que vive desde hace doce años, por decisión propia.

La dura historia de Elena empezó joven. Con apenas 27 años, esta mujer decidió emigrar a Argentina para labrarse un futuro. Durante cuarenta años trabajó como empleada del hogar, explica a Efe su sobrino.

Al jubilarse, decidió volver a España, a su casa materna, llevada por sus recuerdos. Desde entonces, aunque a veces le flaquean las fuerzas, conserva su buena salud. Nunca se casó y toma poca medicación.

La familia se siente afortunada, consciente de que no todos los mayores pudieron superar la enfermedad, e incluso se atreven a bromear sobre la repercusión internacional que ha tenido su madre en esta pandemia.

La imagen del 98 cumpleaños de Elena captada por el fotoperiodista gallego Brais Lorenzo (Ourense, 1986), colaborador habitual de la agencia EFE y de Faro de Vigo, le ha permitido obtener varios premios internacionales.

En enero de 2021, esta imagen consiguió el segundo puesto en el certamen internacional POYLatam y también el primer premio en los POY Internacional a la mejor fotografía, en la categoría dedicada a la 'Vida Diaria'.

Aquella fotografía también obtuvo el gran premio del concurso internacional “Superando el covid", en Rusia. El último premio recibido fue el Xosé Aurelio Carracedo, que otorga la Diputación de Ourense.

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