Tras una exitosa temporada en el verano de 2020 y un meritorio primer lugar en Tripavisor, Mezkla vuelve a abrir sus puertas en Zahara de los Atunes. Y lo hace estrenando local, carta e intenciones, pero conservando la esencia de su “cocina del mundo”.
La carta de Mezkla se presenta como “una montaña rusa de sabores”, donde los ácidos, dulces, salados, amargos, picantes, el incluso el umami- cuyo gusto se describe a menudo como la delicia carnosa y sabrosa que profundiza el sabor-, están presentes en cada platoY es que lo que nació como un modesto local de comida para llevar, principalmente de pescado frito y sushi, cerca de la playa del Carmen de Zahara de los Atunes; se ha convertido en un ambicioso proyecto gastronómico en el que confluyen juventud, talento y pasión. Tres valores que personifica a la perfección José María Márquez, joven chef barbateño que estará al mando de la cocina de Mezkla una temporada más.
Su interés por la cocina, herencia de su padre, su formación en la Escuela de Hostelería de Cádiz y restaurantes de renombre; junto a su gran afición por viajar y conocer la gastronomía de cada lugar; han forjado a un chef con grandes conocimientos culinarios, cuya cocina se pone a la altura de los más grandes en Zahara de los Atunes, localidad donde el turismo gastronómico se ha convertido en un atractivo complementario a la oferta de sol y playa que hoy en día sigue triunfando como principal opción de vacaciones.
Con tan sólo 32 años de edad, José María Márquez ha viajado por países de todo el mundo, y bien podría ser merecedor de presentar uno de esos programas de cocinas del mundo, ya que su mayor afán ha sido conocer los ingredientes y recetas de la gastronomía típica de cada lugar. De Indonesia a Cuba, de Italia a Méjico, de Inglaterra a Marruecos… este joven chef ha ido captando aromas, sabores y texturas de los platos más representativos de cada país, hasta dar con la esencia de su proyecto: “hacer un Canden Town de comida viajera, pero elegante”. Siempre leyendo, probando, practicando e inventando, y, cada vez que ha tenido ocasión, visitando los más famosos restaurantes de España.
Pero no todo el mérito del éxito de Mezkla es de José María. A su lado se encuentra Silvia Morales, su compañera de negocio, de viajes y de vida; licenciada en Administración y Finanzas, sin la que Márquez nunca se hubiera embarcado en este ilusionante proyecto gastronómico.
José María el amor por la cocina lo lleva en la sangre, pero es Silvia la del espíritu emprendedor. Con un notable don de gentes y capacidad de gestión, a sus 26 años, es quien se encarga de atender a proveedores y clientes, contrataciones y funcionamiento del restaurante en general, quien sólo entra en cocina “para dar su veredicto sobre cada plato”. También le apasiona viajar y “probar las comidas del mundo”.
“Una montaña rusa de sabores”
La carta de Mezkla se presenta como “una montaña rusa de sabores”, donde los ácidos, dulces, salados, amargos, picantes, el incluso el umami- cuyo gusto se describe a menudo como la delicia carnosa y sabrosa que profundiza el sabor-, están presentes en cada plato.
Como protagonistas, el atún rojo salvaje de almadraba Gadira y las carnes de Caníbal, una apuesta segura en calidad y sabor; acompañados de elaboraciones propias de salsas y aderezos; y por el toque personal que el chef le da a cada ingrediente del plato.
Una exclusiva carta, de sabores únicos, compuesta por ocho platos para comenzar, dos propuestas de sushi, cinco platos fuertes, tres para niños, y dos postres. Todos para compartir y preparados con hasta catorce elaboraciones distintas para sorprender al más exigente comensal, también por su precio “ajustado al máximo para que los clientes siempre quieran volver”.
Entre las novedades de su carta para la temporada se encuentran sus propuestas para “dar la vuelta al mundo” a través de su Tartar de Gambón, su Atún picante, su Tiradito Peruano Atún o su Nido de atún, huevo y trufa, para empezar. Además, en homenaje a Zahara, Mar y Montaña, se encuentran platos como el Arroz verde con carabineros, la facera de atún con crema de puchero emulsionado con tocino ibérico y crujiente de jamón, una lasaña de retinto o el entrecot de Angus. Y de postre, sólo dos, pero con personalidad: Intercalado de chocolate, fruta de la pasión y helado de violeta; o crema de limón, algodón de azúcar y helado de yuzu-fresa.
Superación y apoyo
Mezkla abrió sus puertas un viernes de Carnaval de Zahara de los Atunes. Tan sólo dos días después se decretó el confinamiento por el COVID. Pero José María y Silvia, lejos de tirar la toalla, se propusieron sacar adelante su negocio y con su servicio a domicilio consiguieron captar la atención de sus clientes. Una vez iniciada la temporada estival, el éxito de sus propuestas culinarias hizo que, además de para llevar, tuvieran que instalar mesas para atender la demanda y ofrecer servicio en su local.
Un local pequeño que ahora se convierte en un gran restaurante abierto, con cocina a la vista y terraza; gracias a la ayuda de uno de los más conocidos empresarios de Zahara de los Atunes, Eduardo Guirola. “Sin su ayuda, este proyecto no sería posible, Eduardo es quien ha confiado en nosotros y a quien vamos a demostrar que no se ha equivocado”, explica Silvia, “le estaremos eternamente agradecidos por esta oportunidad”.
El nuevo local, ubicado entre las calles Tomillo y Calle Marina, detrás del Hotel Gran Sol, cuenta además sobre el restaurante con seis apartamentos turísticos, dos de los cuáles ya estarán disponibles esta temporada y que también gestionarán estos dos empresarios barbateños.
Con el sello de HK Decoraciones
Mezkla lleva el sello personal de HK Decoraciones y de Hoko, artista local conocido por sus creaciones en lugares tan emblemáticos como el Mercado de Abastos de Barbate o el de Zahara, y el Museo del Atún. En él han confiado José María y Silvia para plasmar sus ideas en la decoración de su local. Una colorida composición en la que se entremezclan símbolos culturales, religiosos y gastronómicos es un espectacular mural con referencias a China, Japón, Méjico, América, Argentina, Italia, etc., con elementos tan reconocibles como Buda, una katrina, rejos de pulpo, la vaca retinta, entre muchos otros; bajo la influencia –coronando la sala en forma de lámpara- del gran atún rojo de almadraba que, como no puede ser de otra manera, será el gran protagonista de la carta de este singular restaurante.