Por su parte el comandante de las Fuerzas Armadas británicas en Gibraltar, comodoro Adrian Bell, señaló que había sido “una suerte” que los presuntos contrabandistas giraran a la izquierda en la zona norte del muelle, ya que en caso contrario se habrían dirigido a la base naval y se habrían topado con la seguridad naval diseñada para proteger a los buques de guerra.
“Dos embarcaciones sin identificar entrando en la base naval a gran velocidad en la oscuridad, podría haber encontrado una respuesta de mano dura”, añadió el comodoro Bell. En un movimiento rápido, en situaciones como esta, “el personal armado encargado de proteger a los buques de la base, habrían abierto fuego”, destacó.
Las embarcaciones que tuvieran un comportamiento así, podrían ser catalogadas como hostiles y el personal armado tiene reglas que les permiten disparar.