El vicesecretario general de Ciudadanos y portavoz adjunto en el Congreso de los Diputados, Edmundo Bal, cree que no hay que dar por sentado que su partido vaya a perder definitivamente la Alcaldía de Granada y ha afirmado que, hasta que se celebre la sesión de investidura, seguirán pidiendo al PP que "no se la dé al PSOE". Este partido, por haber sido el más votado en las elecciones, es el que asumiría automáticamente el cargo si el PP y Cs no se ponen de acuerdo para reeditar su coalición de gobierno.
"No demos por hecho que perdemos la Alcaldía. Hasta el último minuto, en que Luis Salvador presentó su renuncia a la Alcaldía, hemos estado ofreciendo al PP el cumplimiento de nuestros acuerdos para el Gobierno de la ciudad de Granada, y seguimos ofreciéndoselo", ha declarado en una entrevista en Onda Cero, recogida por Europa Press.
El Ayuntamiento de Granada celebra este viernes un pleno extraordinario y urgente para la toma de conocimiento de la renuncia de Luis Salvador (Cs) como alcalde de la ciudad, un puesto que ha decidido abandonar por considerar "inviable" seguir gobernando con el apoyo de un único concejal.
Los siete representantes del PP y otros dos de Ciudadanos que conformaban el Ejecutivo granadino lo abandonaron a principios de junio después de que los 'populares' exigieran a Salvador que les cediera la Alcaldía y él y Cs se negaran asegurando que no es eso lo que pactaron al comienzo de la legislatura.
"NINGÚN ACUERDO" DICE QUE EL PP OCUPARÍA LA ALCALDÍA DOS AÑOS
Sobre esta cuestión, Bal ha reiterado la posición de la formación naranja, que siempre ha rechazado que al PP le corresponda encabezar el equipo de gobierno local durante los dos próximos años. En Granada "no llegamos a ningún acuerdo de dos más dos", sino que el pacto "llevaba consigo que la Alcaldía iba a ser ocupada por Cs durante cuatro años", ha subrayado, añadiendo que en otros Consistorios ambos partidos sí acordaron turnarse.
Si el PP, tras requerírselo Ciudadanos, "no exhibe ese acuerdo de dos años y dos años" en el que basa su reivindicación, significa que "no lo había", ha concluido. Según ha indicado, este es el único motivo que los 'populares' exponen para justificar su salida del Ejecutivo municipal, ya que no han dicho que este "vaya mal" o que los granadinos estén descontentos con la labor de la coalición.
Por ello, les ha instado a que "vuelvan al Gobierno de Granada" y retomen el acuerdo con Cs. "En estos diez días, otra vez hay que volver a pedirle al PP que sea sensato y que no dé la Alcaldía de Granada al PSOE como lista más votada", ha manifestado, advirtiendo de que esto sería la consecuencia de la "actitud irresponsable" del PP.
Esos diez días, que comienzan a contar desde que la renuncia de Salvador se formaliza, es el plazo que hay para que que sea investido un nuevo regidor; pero si los partidos no alcanzaran un acuerdo para una mayoría de gobierno, quien se convertiría automáticamente en el nuevo alcalde sería el socialista Francisco Cuenca, el cual, según ha recordado Bal, está investigado por prevaricación.
PERSONAS "ABSOLUTAMENTE COMPROMETIDAS" CON Cs
Respecto a Manuel Olivares y Lucía Garrido, los dos ediles de Ciudadanos que abandonaron el equipo de gobierno en Granada, y a los diputados de Cs en la Asamblea de Murcia que rompieron con su partido y apoyaron al PP frente a la moción de censura que la formación naranja promovió allí junto al PSOE, el vicesecretario general considera que esas salidas son el resultado de "la operación que puso en marcha el PP" contra Cs y para la cual "fichó" a Fran Hervías, que era el secretario de Organización en la etapa de Albert Rivera.
Esa operación "está dando lugar a este tipo de situaciones, que cada vez son menos", y además "creo que al PP no le va a venir bien, porque está dando una imagen lamentable con esta operación" y "ha abandonado el Pacto Antitransfuguismo", ha señalado.
A su juicio, el PP debería comportarse como "un partido serio", en lugar de "aprovecharse de los tránsfugas" de Ciudadanos, a los que ofrece "determinados puestos, prebendas y salarios a cuenta de defraudar la voluntad de los electores" que votaron a la formación naranja.
En cualquier caso, Bal ha afirmado que quienes permanecen en Cs, que "se han tomado esto como un ataque", están "absolutamente comprometidos con el proyecto del partido", y está seguro de que, tras la convención política que celebrará la formación naranja el 17 y el 18 de julio, "la gente va a estar más convencida y comprometida" todavía.
En cuanto a los motivos de Ciudadanos para mantener sus alianzas con el PP pese a la actitud de este partido, ha explicado que los gobiernos de coalición de Andalucía, Castilla y León y la ciudad de Madrid "están funcionando muy bien", ambas partes están cumpliendo los acuerdos "con lealtad" y, además, hay "sintonía personal" entre los dirigentes de los dos partidos.
"Nos debemos a los ciudadanos que nos han votado y, en esas alianzas de gobierno, cumplimos con ese compromiso con los ciudadanos", ha manifestado, recalcando que en la formación liderada por Inés Arrimadas no están "pensando en réditos electorales".
Cs BUSCA SER DECISIVO PARA CONDICIONAR AL PP Y AL PSOE
A la pregunta de si muchos cargos de Ciudadanos abandonan el partido, algunos para irse al PP, porque la marca está devaluada, el diputado ha respondido que "el futuro de Cs es el futuro de cualquier partido liberal en Europa", aunque en España tiene la dificultad añadida de "la polarización y la crispación" que otros partidos promueven para dividir a los españoles en "rojos y fachas".
Bal ha precisado que el espacio de los "liberales" se sitúa "entre la derecha conservadora y la izquierda socialdemócrata" y que su horizonte no es tanto gobernar con mayoría absoluta, porque eso "no se da en ningún país de Europa".
Hay que conseguir un número suficiente de escaños como para poder pactar con los otros dos partidos y obligarlos a "centrarse, moderarse y adaptar la política del país a los principios del liberalismo", "ese es el objetivo que debe tener Ciudadanos, ser decisivo en el Gobierno de España", ha argumentado.
El portavoz de la Ejecutiva de Cs sostiene que de esa manera lograrían romper la dinámica de los últimos 40 años, en la que "el PP y el PSOE jamás se han puesto de acuerdo en nada" y siempre han gobernado apoyándose en los votos de partidos nacionalistas catalanes y vascos, antes Convergència y el PNV y ahora Esquerra Republicana de Catalunya y EH Bildu.