Según científicos de la Universidad de California y de la Universidad de Yale, el análisis de sedimentos en diferentes partes del mundo reveló que un incremento pequeño del dióxido de carbono (CO2) produjo un aumento sustancial de la temperatura hace unos 5 millones de años cuando era 3 ó 4 grados centígrados superior a la actual.
El CO2 y otros gases invernadero atrapan el calor en la atmósfera, lo que aumenta la temperatura del aire y del mar y propicia cambios relativamente inmediatos en los niveles de vapor de agua en la atmósfera, las nubes y el hielo marino.
Estos cambios causan modificaciones a largo plazo en la superficie de las plataformas de hielo continental, la vegetación terrestre y la circulación oceánica, todo lo cual lleva a un aumento adicional de la temperatura global, indicó Christina Ravelo, profesora de Ciencias Oceánicas de la Universidad de California.
“Eso implica que los componentes más lentos del sistema de la Tierra pueden ampliar el efecto de los pequeños cambios en la composición del gas invernadero en la atmósfera”, añadió.
Mark Pagani, profesor de Geofísica y Geología de la Universidad de Yale, indicó que el estudio constata que el clima de la Tierra es más sensible al dióxido de carbono atmosférico que lo que se discute en los círculos de política.
“Como no hay indicación de que el futuro será diferente al pasado, debemos esperar un par de grados de calentamiento incluso si mantenemos las concentraciones de CO2 al nivel actual”, dijo el profesor de Geofísica y Geología.
Los científicos llegaron a esa conclusión al descubrir en los sedimentos que durante el comienzo y mediados del Plioceno (hace entre 3 y 5 millones de años) cuando las temperaturas eran de al menos 2 ó 3 grados superiores a las actuales, la concentración de COW en la atmósfera era igual a los niveles actuales.