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El mercado de trabajo español es aún heredero de aquél que se diseñara por los diferentes gobiernos tardo-franquistas para mantener a raya a los trabajadores. A cambio de salarios moderados y de paz social, el franquismo ofertó seguridad laboral a través de elevados costes de despido.

Desde que en 1994 Gillette decidió abandonar Sevilla para establecerse en Europa del Este la deslocalización ha sido un tema recurrente en el discurso de la desindustrialización, tanto de Sevilla como de Andalucía...

Lo curioso es que en Andalucía el número de trabajadores afectados por una extinción de contrato a través de un ERE en 2012 fue de 5.393, ¡un 17,1% menos que en 2011!