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Los acusados de la muerte de Cristinel en Frailes, en enero de 2020, se declaran inocentes

Los acusados apuntan a un tercero como la única persona que sabe lo que ocurrió en el interior de la vivienda

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  • El acusado más joven prestando declaración, asistido por una intérprete. -

Los dos acusados de matar a golpes a un compatriota temporero en Frailes en enero de 2020 se han declarado inocentes y han apuntado a un tercero como la única persona que sabe lo que ocurrió en el interior de la vivienda donde apareció el cadáver. Los dos han mantenido en su declaración ante el jurado que les juzga en la Audiencia de Jaén que cuando ellos se marcharon de la casa, la víctima, de 41 años, estaba viva.

Los dos acusados, que hasta el momento no habían prestado declaración pues se negaron a hacerlo en su día ante la Guardia Civil y el juez instructor, han coincidido en señalar ante el tribunal popular que cuando ocurrieron los hechos, el 1 de enero de 2020, habían ingerido una gran cantidad de alcohol tanto ellos como la víctima.

Han señalado que fueron a la vivienda del fallecido junto con el hermanastro de uno de ellos y que siguieron bebiendo vino. En un momento dado, según sus declaraciones, la víctima subió a la planta de arriba a por tabaco y cuando bajó, lo hizo con un cuchillo jamonero en la mano.


Según el acusado más joven, la víctima le puso el cuchillo en el cuello mientras que le decía que le iba a matar. Por eso, le hizo "una llave", le propinó un único puñetazo en el hombre y el cuchillo cayó al suelo. Después de esto, tanto él como el otro acusado abandonaron la vivienda, dejando a la víctima en compañía del hermanastro del acusado más joven.

"Yo vengo a España a trabajar, no para quitar la vida a nadie", ha señalado el acusado más joven, de 21 años, que se había desplazado junto con el resto hasta la provincia de Jaén para trabajar en la campaña de recogida de aceituna. "Me quería matar a mí porque le ha dado por mí, sin hacerle nada", ha dicho el acusado al jurado para explicar el motivo de por qué la víctima le amenazó supuestamente con un cuchillo jamonero.

Los dos acusados han mantenido que ellos se fueron a su casa y no fue hasta pasadas tres horas cuando el hermanastro del más joven y que era compañero de piso de la víctima, se presentó para decirles que estaba muerto. Cuando ellos se acercaron a la casa de la víctima fueron detenidos por la Guardia Civil que ya se había personado en el lugar.

Precisamente, la defensa de uno de los acusados ha aportado al juicio un escrito que le llegó hace un mes en el que supuestamente el hermanastro señala que los dos acusados son inocentes. El escrito viene sin fecha y todos los intentos por localizar a su autor han sido en vano.

Según el acusado, su hermanastro, del que no sabe decir el paradero exacto, se encuentra en la actualidad en Rumanía cuidando ovejas y es una persona que "desde que nació no está bien de la cabeza" por lo que, en su opinión, "a lo mejor le ha matado mi hermano".

Esta persona que ahora supuestamente ha remitido el escrito abogando por la inocencia de los dos acusados es la misma que en su día declaró que fueron los dos acusados los que la emprendieron a golpes con el fallecido hasta matarlo en el transcurso de una discusión donde todos habían ingerido una gran cantidad de alcohol.

El Ministerio Público ha calificado los hechos como constitutivos de un delito de asesinato y pide para ellos una pena de 19 años de prisión, mientras que la acusación particular contempla el agravante de ensañamiento y reclama para los dos 25 años de prisión. Por su parte, las defensas han solicitado la libre absolución por entender que ninguno de ellos participó en los hechos que se les imputan.

Según mantiene Fiscalía, sobre las 17,00 horas, la víctima se encontraba en su habitación de la planta superior, mientras que en la planta baja había otro compatriota que recibió la visita de los dos procesados. El Ministerio Público señala que la víctima bajó "para quejarse del ruido que estaban formando" y a partir de aquí comenzó la discusión.

Los dos visitantes "se abalanzaron" sobre la víctima "con el ánimo de causarle la muerte y con una agresividad extrema, comenzaron a golpearle en la práctica totalidad de su cuerpo, provocando que ya desde el inicio, tras sufrir el primer puñetazo, Cristinel perdiera el equilibrio y cayera al suelo".

Fue ya en el suelo donde "estuvo recibiendo todo tipo de golpes, sin posibilidad de defensa, ni huida alguna, con incontables puñetazos y patadas que le dirigían ambos acusados y que fueron impactando en el rostro, en el tórax, en el abdomen, en la cabeza o en la espalda" del fallecido.

El Ministerio Fiscal recoge que los dos acusados llegaron incluso a utilizar varias sillas de estructura metálica que se encontraban en el salón para continuar agrediendo a golpes a la víctima "con tal violencia que produjeron la rotura de estas sillas".

Las lesiones que le ocasionaron resultaron "forzosamente incompatibles con el mantenimiento de su vida" y acabó falleciendo por un "cuadro de shock traumático-hipovolémico a consecuencia de múltiples traumatismos craneoencefálico, abdominal y torácico".

Cuando la Guardia Civil detuvo a los dos acusados estos llevaban restos de sangre en las zapatillas y en la ropa, pero ambos han dicho no recordar este extremo. Sobre las lesiones que uno de ellos presentaba en los nudillos de su mano derecha, el propio acusado lo ha explicado que se lo hizo trabajando en la recogida de aceituna al tirar de los mantillos.

El juicio proseguirá este martes en la Audiencia de Jaén con las declaraciones de los testigos.

 

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