El monumento a Pep Ventura, en el Paseo de los Álamos, ha acogido en la mañana de este jueves, 2 de febrero, la ofrenda floral que el Ayuntamiento de Alcalá la Real ha dedicado a Pep Ventura, con motivo del bicentenario de su nacimiento en nuestra localidad. Ha sido un sencillo acto con presencia del alcalde, Carlos Hinojosa, y numerosos miembros de la Corporación Municipal, con el que se ha querido homenajear y recordar la figura del insigne músico. En el acto no faltó, como no podía ser de otra manera, la presencia de la Asociación Musical “Pep Ventura”, que interpretó una obra del compositor alcalaíno.
(José María Ventura y Casas; Alcalá la Real, 1817-Figueres, 1875) ocupa, sin duda, un lugar destacado en la historia de la música catalana. Hijo de padres ampurdaneses, Ventura nació en Alcalá la Real, donde su padre, un militar de baja graduación, estaba destinado para participar en las operaciones de represión del bandolerismo que siguió a la Guerra de la Independencia Española. Virtuoso de la tenora, destacó como autor de música religiosa y de más de doscientas sardanas (Por ti lloro, El toque de oración). Poco después de su nacimiento su familia regresó a Roses (Gerona), de donde era oriunda, y se instaló luego en Figueres.
Pep Ventura fue un más que notable compositor de sardanas, pese a que le faltaba formación desde el punto de vista técnico. Como creador en este ámbito contribuyó al desarrollo de la llamada sardana llarga (larga), que rompía el esquema fijo de compases y duraba bastante más que la prototípica o curta (corta). Muchas de sus composiciones sardanísticas fueron interpretadas por numerosos grupos instrumentales de toda España en un momento de auge del folclorismo. Su propia cobla ofreció un pequeño recital de sardanas ante la reina Isabel II (1833-1868) durante una de sus visitas oficiales a Cataluña.
Al término del acto, la Corporación Municipal bajo mazas acompañada de la banda de la Asociación Musical “Pep Ventura” se trasladó a la iglesia de Consolación, donde participaría en la tradicional procesión con motivo de la festividad de la Candelaria, que puso celebrarse pese a la amenaza de lluvia.