La mañana amanecía nevando y con el termómetro apenas sobre cero. Mal augurio para el arranque de la Semana Santa de Alcalá la Real, en un Domingo de Ramos que ya venía lidiando con los pronósticos del tiempo desde días atrás. Sin embargo, si tocaba fiarnos de los pronósticos de la Aemet, todo apuntaba a que, por más que, hasta primeras horas de la tarde los cielos permanecieran encapotados y la llovizna incluso no dejara de hacer acto de presencia, más adelante, a eso de las siete, los cielos se abrirían e incluso el sol podía hacer acto de presencia.
Fue por ello que la Cofradía de la Entrada de Jesús en Jerusalén y Nuestra Señora de la Estrella demoró una media hora su salida para adaptarse a los benévolos pronósticos meteorológicos. La decisión sería acertada, ya que, si bien el sol ha brillado por su ausencia, al menos el cielo, aún gris, ha sido condescendiente con la primera de las salidas procesionales de la Semana Santa alcalaína, si bien se optaba por celebrarla en su formato reducido –Miguel de Cervantes girando a Pradillo– ciñéndose así al centro de la ciudad, ante la incertidumbre de la tarde.
El paso de misterio de Entrada de Jesús en Jerusalén ha tenido ocasión de estrenar la parihuela nueva en madera, para que las imágenes de este paso vayan con más espacio entre ellas así como para mejorar su lucimiento. Por otro lado, el paso de palio de Nuestra Señora de la Estrella ha estrenado el manto completamente terminado, bordado el hermano Pedro Gálvez Ramírez.
En el apartado musical, mencionar que el paso de misterio ha estado acompañado de la Agrupación Musical Nuestra Señora de las Angustias, mientras que el paso de Nuestra Señora de la Estrella ha contado con el acompañamiento de la Banda de Música “Felipe Moreno”, de Cúllar Vega.