El Ayuntamiento de Níjar (Almería) tramita el proyecto para la rehabilitación y ampliación de una cortijada en ruinas enclavado en Fernán Pérez, dentro de los límites del parque natural Cabo de Gata, como hotel rural con 12 habitaciones, spa, sauna y piscina-alberca.
La actuación, que debe ser sometida a autorización ambiental unificada al localizarse en suelo no urbanizable protegido como zona B2, contempla la reconstrucción de 344 metros cuadrados de los diferentes inmuebles que componen la cortijada, que se encuentran en un "estado ruinoso" y "cuyos elementos arquitectónicos en algunos casos han colapsado".
El total de superficie construida se elevaría, no obstante, a 742,94 metros cuadrados y útiles serían 612,90 metros cuadrados con diferente tipología de habitaciones, todas con baño, la mayoría con cocina-comedor y una de ella de 40 metros cuadrados ya que incluye una sala de estar con el dormitorio en la planta alta.
Según consta en la documentación sometida a información publica, consultada por Europa Press, los promotores sostienen que el proyecto se desarrolla sobre una finca de siete hectáreas cuyas construcciones cuentan con unos 250 años de antigüedad y que primero se conoció como Cortijo del Sargento y posteriormente Cortijo del Carbonero, hasta que fue abandonado "hace 20 años" por sus últimos propietarios.
Indican que la normativa ambiental que rige en el parque natural Cabo de Gata-Níjar "considera la compatibilidad de la construcción de edificaciones y equipamientos destinados al uso público" en zonas calificadas como B2 o zonas seminaturales con usos tradicionales y que la "voluntad" es "dar nueva vida a la cortijada, poniendo en valor el espacio, con una propuesta actualizada y de calidad enfocada al turismo rural, y respetuoso con su entorno y el medio ambiente".
Para que sea "viable" económicamente trasladan que debe tener 12 habitaciones, administración, cafetería, y zona de apoyo, spa, sauna, baños y lavandería, además de piscina-alberca.
En concreto, el proyecto plantea cinco habitaciones en la construcción principal existente en la finca, destinar las construcciones anexas "existentes" a zona de usos comunes y a una vivienda particular de 135 metros cuadrados, y otras siete estancias para las que, según destaca, "se aprovecharía el espacio ocupado antiguamente por una era, desaparecida hoy en día, para otorgarle un nuevo valor y aprovechamiento al transformarla en terraza compartida por dos habitaciones".
En la documentación presentada para obtener la autorización ambiental unificada de la Junta de Andalucía, los promotores alegan "interés social" dado el "entorno económicamente deprimido siendo el municipio de Níjar según el INE, el de menor renta de España, y en particular de la pedanía de Fernán Pérez, aislada y con un crecimiento paralizado".
Argumentan que proponer "una actividad económica alternativa al cultivo bajo plástico, que genere puestos de trabajo de calidad relacionados con el turismo, será de un incuestionable interés social para la zona" y añaden que la actividad "no se limitará exclusivamente a las pernoctaciones y un servicio de cafetería, sino que se pretende potenciar la diversificación de la oferta, como respuesta a las nuevas demandas de turismo de naturaleza, en especial el turismo activo, que requieren de un personal cualificado para su desarrollo".
En esta línea, apunta que su emplazamiento en suelo no urbanizable de especial protección en el conocido como paraje 'Madreselva' es la razón "básica" ya que, por las características del proyecto, "debe desarrollarse en este tipo de suelo al buscar el contacto directo con la naturaleza y pretender reforestar y potenciar la flora de la finca".
"La propuesta adopta las opciones que presentan el menor impacto en el medio y garantiza una mayor integración en el paisaje. Las construcciones y accesos a ellas vinculadas no modifican la topografía ni las condiciones de la flora y la fauna, en cualquier caso las potencia, y quedan resueltos dentro de la propia finca todas las instalaciones necesarias y los vertidos", subrayan.
Los promotores prevén ejecutar la obra en una fase con 18 meses de duración en los que se integran los trabajos de urbanización, acometidas y desarrollo de las infraestructuras; reconstrucción y ampliación hasta configurar la edificación de hotel rural; piscina-alberca y exteriores; zonas de servicios y lavaderos, así como trabajos de ajardinamiento, agrícolas y forestales por un tiempo de 20 meses.
Por último, trasladan que no existen servidumbres de instalaciones, ni eléctricas, telefonía, abastecimiento o saneamiento e indica que, aunque la finca posee agua de pozo y un aljibe con zonda, "existe la posibilidad real de obtener servicio eléctrico suministrado por un centro de transformación situado aproximadamente a 1000 metros de la finca" y "también la posibilidad de obtener agua corriente potable de la tubería de suministro público que discurre por la carretera de las Negras".