El Rayo Vallecano, con su victoria hoy (0-1), en el estadio Juegos del Mediterráneo, hunde al Almería en la clasificación y pone en peligro la continuidad del técnico Francisco Rodríguez.
El conjunto madrileño, que jugó casi media hora con un jugador menos por la expulsión de Saúl Ñíguez, se llevó con toda justicia la victoria por manejar bien los tiempos, exponiendo un fútbol de control ante un Almería que fue el peor de la temporada y que a la falta de posesión unió la de la intensidad.
La primera parte acabó sin goles porque el Almería tuvo a Esteban en su meta y el Rayo no permitió demasiadas alegrías del conjunto rojiblanco. Fue el cuadro de Paco Jémez el que dispuso más del balón, buscando sorprender por las bandas ante una defensa rojiblanca un tanto imprecisa, con continuas pérdidas.
Las ocasiones se sucedieron en ambas partes, aunque más con acciones del Rayo, que pudo marcar en los minutos 6 y 9 por medio de Jonathan Viera, pero en la primera ocasión se encontró con la parada de Esteban y en la segunda mandó el disparo lejos de la portería rojiblanca.
El Almería se vio obligado a esperar, ante la presión ejercida por los de Paco Jémez, muy arriba, y tratar de sorprender al contragolpe. En el 17, la tuvo por medio de Suso, pero el disparo del gaditano se estrelló en las manos del meta rayista, Rubén.
Dormido el choque, mediada la primera parte, Corona se encargó de despertarlo con un disparo desde la frontal, primero, y con una falta que Rodri cabeceó, en el primer palo, con la consabida reacción de Rubén. Pero el fútbol rojiblanco careció de continuidad y perseverancia.
La entrada de Perea le dio más opciones al Rayo. La primera que tuvo fue con el primer despiste gordo de la zaga almeriense. Su disparo, en el 37, se estrelló en el palo izquierdo de la meta de Esteban.
La segunda parte no fue distinta, salvo en que el equipo rojiblanco propuso poco, incluso con uno menos por la expulsión por doble amonestación de Saúl Ñíguez. Los rojiblancos, sin ideas, se encontraron con un Rayo muy bien plantado, que no dio opciones a los de Francisco, cada vez con menos recursos.
El golazo de falta de Gálvez, en el 78, terminó por destrozar a un Almería roto, escaso en recursos, que careció de llegada, con la peor imagen como local del presente campeonato. El Rayo, que no había sumado ni un solo punto lejos de Vallecas, se lleva los tres y hunde al Almería.