El Juzgado de Instrucción número 1 de Vera (Almería) ha acordado el sobreseimiento de la causa abierta a casi una treintena de activistas de Greenpeace que el 11 de mayo de 2014 seguida por la protesta que realizaron sobre el hotel ubicado en el paraje de El Algarrobico, en Carboneras (Almería) donde pintaron un punto negro de grandes dimensiones para reivindicar el carácter "ilegal" del mismo.
Así lo ha trasladado Greenpeace en una nota en la que celebra la decisión judicial que pone fin a toma de declaraciones de los investigados que se seguía desde hace varios meses tanto en los juzgados veratenses como mediante exhorto debido en Madrid, Antequera (Málaga), Granada, Pontevedra y Zaragoza, entre otros puntos.
Según explica la organización ecologista, el auto del juez incide en que el hotel "está condenado a su demolición por una sentencia del Tribunal Supremo, por ser el único modo de restablecer la legalidad urbanística al ser un edificio ilegal e ilegalizable".
En este sentido, matiza que la "intencionalidad perseguida por los integrantes de Greenpeace no era dañar la propiedad ajena, sino protestar por lo que ellos consideran, al igual que un sector amplio de la población, un grave atentado contra el medio ambiente y a los recursos naturales, siendo un acto donde prima el exponente simbólico frente al material".
Así, según añade Greenpeace a partir del auto, "este hecho unido a que el mencionado hotel está condenado a su demolición, con lo cual la cuantificación de los desperfectos causados al pintar la fachada de negro, quedarían anulados".
El abogado de la entidad conservacionista Juan Manuel Marraco ha manifestado que "el juzgado ha entendido que las actuaciones que ha realizado Greenpeace en El Algarrobico han sido todas manifestaciones de protesta ante un atropello medioambiental".
Igualmente, ha considerado que "desde 2005 se ha perseguido a los activistas de Greenpeace y casi 500 han pasado por los juzgados por denunciar el daño a una playa situada en un paraje natural. Durante estos 16 años, se han llegado a reclamar casi medio millón de euros por daños y perjuicios a un edificio ilegal, frente al daño que se hizo a una playa y un parque natural de utilidad pública" si bien "la justicia ha avalado la protesta pacífica".
Fueron más de un centenar de activistas de Greenpeace, según los organizadores, los que acudieron el 10 de mayo de 2014 hasta el hotel para pintar "un gigantesco punto negro de 8.000 metros cuadrados" en la fachada y exigir así su "desmantelamiento inmediato". La pintada permitía leer sobre el edificio 'Hotel ilegal'.
Esta acción se produjo apenas mes y medio después de que el TSJA emitiera un segundo pronunciamiento --ahora anulado-- que contradecía el anterior dictado por el mismo órgano en el que declaraba el terreno del Algarrobico como urbanizable, lo que a juicio de Greenpeace, no hacía más " enmarañar el caso y dar tiempo a las administraciones para no hacer cumplir la ley".