Quizá la mayor contribución que se pueda hacer a un evento, como es
la Semana Internacional de la Renta Básica que se celebra entre el 20 y el 26 de Septiembre, es ayudar a
explicar de manera fácil qué es y porqué se propone.
Hacer esto es a la vez muy fácil y difícil.
Es tremendamente fácil porque quienes le pusieron su nombre,
Renta Básica Universal e Incondicional (RBUI), eligieron muy bien las palabras para que, si las entendemos cada una de ellas, no haga falta explicar nada más.
A la vez es tremendamente difícil porque asumir algo que no está en nuestro imaginario y en nuestro día a día genera automáticamente rechazo.
Quizá porque tengamos demasiado asumido el refrán de “más vale malo conocido…”
No caigamos en la torpeza de pensar que es tan fácil como poder decirle a quien lea estas letras que vacíe su mente de creencias preestablecidas, porque eso es imposible.
En el fondo todas las personas somos producto de lo que nos rodea, empezando por nuestra educación y la sociedad que tenemos alrededor.
Es posible que
la clave esté en que analizamos la Renta Básica Universal e Incondicional como una propuesta llamativa que figura ya en los más variopintos documentos.
Desde programas electorales de izquierdas, empezando por los partidos ecologistas que siempre han sido sus valedores más constantes, hasta documentos de trabajo del Foro de Davos o el FMI, que abogan abiertamente por una Renta Básica de ciudadanía.
Supongo que no hay que explicar que la finalidad y el objetivo en unos y otros documentos no es la misma, pero no tenemos espacio para desarrollarlo todo en el mismo artículo.
Mi forma de explicar
la conveniencia de una Renta Básica Universal es hacerlo justo al revés.
Es decir, no explico lo que es o lo que se busca.
Sino que propongo que pensemos si creemos que
todas las personas tienen derecho a una vida en unas condiciones mínimas dignas y si la sociedad de la que formamos parte está obligada a hacerla posible.
Tengo que decir que en el 99% de los casos la respuesta es Sí.
Algo que me enorgullece como miembro de la especie y que me hace ser optimista sobre
el resultado final de una propuesta de implantación de Renta Básica Universal e Incondicional.
A partir de ahí la segunda pregunta viene rodada.
Vale, entonces ¿qué hacemos para que esto sea así?
¿Cómo garantizamos unas condiciones de vida mínimas para todas las personas?
Si hasta ahora se han aprovechado los avances tecnológicos para conseguir una mayor rentabilidad económica, ¿por qué no usarlos para conseguir una mayor rentabilidad en calidad de vida?
La incesante disminución en la necesidad de mano de obra no ha servido para aumentar las posibilidades del ocio y la expresión cultural, social o solidaria, sino para aumentar el nivel de explotación de aquellas personas que necesitan un puesto de trabajo para poder comer, estudiar, acceder a la cultura, a la sanidad, a la educación, etc.
Cada vez más la precariedad ha pasado a ser la dominante en nuestras sociedades.
Se crea riqueza suficiente en el mundo como para que el trabajo no sea la condición indispensable para
poder mantener una existencia en condiciones dignas.
Hagamos que el objetivo de esa riqueza no sea agrandar aún más los bolsillos de determinados grupos o elementos, sino que sea hacer posible un plato de comida, una ropa adecuada, una vivienda digna, acceso a unos servicios públicos de calidad, una sociedad en la que los cuidados y la cultura sean primordiales.
Para todo el mundo.
La Renta Básica no es una panacea ni la medida mágica que acabaría con la pobreza, el hambre o la desigualdad en el mundo, pero sin duda sería un paso adelante muy importante que lograría dotar de mayor independencia a las personas y nos haría avanzar hacia una sociedad más justa.
Hay mucho que hacer y mucho por definir, pero si tenemos claro el punto de partida sabremos al menos el camino que hay que tomar y que nos llevará a una sociedad mejor.
Existe una
iniciativa europea para que el Parlamento y la Comisión europea debatan la posible implantación de una Renta Básica.
Para ello hace falta la recogida de miles de firmas en toda Europa.
Si, llegados a este punto, crees que es un cambio necesario, puedes entrar en
https://rentabasicaincondicional.eu/ y firmar, por lo que te estaré muy agradecido.
AUTOR:
David Palomino Ramírez, miembro de la Ejecutiva de Verdes EQUO Andalucía y de la Red Renta Básica