Qué no se estaría diciendo, qué portadas de periódicos no se estarían publicando, qué programas especiales no estarían haciendo algunas cadenas, qué estallido no habría en redes sociales si es a un Gobierno del PP al que el Tribunal Constitucional le declara inconstitucional no uno, si hasta dos decretos de estado de alarma.
Cuando se aprobó la Ley de Seguridad Ciudadana, en España se vivió un auténtico revuelo desde ciertos partidos, ciertos grupos mediáticos y ciertos sectores de redes sociales por lo que llamaban Ley Mordaza.
No es cuestión de valorar ahora si llevaban o no razón en sus críticas, pero la realidad es que prometieron derogarla y no han hecho sino usarla más si cabe aquellos partidos que abanderaron las pancartas y las protestas. Curioso, aunque no es algo exclusivo de esta ley.
Pero no es que solo la han estado usando en multitud de ocasiones sin haberle visto lo malo ni lo negativo (por cierto, sin las protestas de los que protestaban) sino que es que hemos conocido ya hasta dos sentencias del Tribunal Constitucional declarando inconstitucional los decretos de estado de alarma del Gobierno PSOE-Podemos precisamente por no haber seguido la ley a la hora de privar algunos derechos de los ciudadanos para controlar la pandemia.
Ay si esas sentencias del TC por privar de derechos y libertades públicas de manera inconstitucional se la hacen al Gobierno anterior del Partido Popular.
Pero no, no pasa absolutamente nada. Ni esos partidos protestan, los medios que hacían portadas ahora descalifican al tribunal que emite la sentencia, esos grupos mediáticos ya no hacen especiales y en las redes sociales las protestas se han convertido en gatitos.
Y lo peor es que la justificación es que, en esta ocasión, “el fin justifica los medios”, un argumento bastante peligroso porque usado en otros contextos y por otros posicionamientos puede dar al traste con mucho de lo conseguido históricamente por la sociedad.
En los últimos meses, han sido varias las sentencias del Tribunal Constitucional que afirman que el Gobierno de España se ha saltado nada menos que la Constitución en algunas de sus decisiones. Y no pasa nada.
No tiene consecuencias políticas, mediáticas ni sociales ninguna que un Gobierno se salte reiteradamente la Constitución. Qué no se estaría diciendo si esto ocurriera con un Gobierno de otro color.