En mayo de 2023, dentro de poco más de un año, se celebrarán elecciones municipales y son las únicas sin posibilidad de adelanto y esto es de agradecer comparadas con unas autonómicas y generales cuyas fechas de celebración tienen, normalmente, mucho más que ver con el interés partidista del que gobierna que con el general; de hecho, pocas veces son, en estos dos últimos casos, las que respetan su fecha original salvo que al que gobierne le venga bien que así sea. La Ley electoral, como tantas otras, requeriría una seria puesta a punto en este sentido, también en la limitación de mandatos, pero lo cierto es que a los partidos gusta jugar con el calendario cuando tienen el poder y no les quiebra censurar este juego
trilero cuando están en la oposición.
Porque
cuándo son las elecciones es jugar con ventaja, como es el caso ahora de unas autonómicas que aunque basculen oficiosamente entre junio y octubre
serán en junio y eso es algo en principio decidido y para ello en los próximos días veremos muestras, justificaciones, excusas, explicaciones que nos acerquen a esa fecha, así funciona. Este baile de fechas provoca un desgaste serio en la oposición al no saber planificar su estrategia electoral con el calendario en mano, aunque a estas alturas nadie cae en el engaño. En las municipales no sucede, son el principio de todo al ser la institución más cercana al ciudadano, las que ponen en valor el peso de los candidatos locales por encima de siglas. Y a un año vista, con todos los procesos congresuales superados y la cúpula de los partidos cerradas, pronto han de decidirse las candidaturas pendientes ante un último año de legislatura que es crucial porque un porcentaje importante de indecisos toma su decisión desmenuzando los últimos fotogramas.
Ocho municipios con más de 50 mil habitantes condensan el censo poblacional más importante de la provincia de Cádiz.
Pese al mensaje ambiguo intencionado sobre si sí o si no de Kichi, dentro de
Podemos en Cádiz casi todos tienen claro que el alcalde cumplirá su palabra de estar solo dos mandatos y no se presentará, para lo cual se trabaja el dúo entre Lola Cazalilla y David Cruz en su reemplazo e, incluso, Teresa Rodríguez afronta las autonómicas próximas como sus últimas elecciones antes del retiro de la vida política y pública permanente de la pareja. El PP debe pensar lo que hace, porque a Juancho Ortiz no le apetece ni atraviesa un momento personal adecuado, Bruno García tampoco quiere y menos ahora con el respaldo del poder de Sevilla y no hay más salvo una Teófila elevada tras el último congreso pero a la que esta fiesta le cae tarde. Y el PSOE deshoja su margarita para decidir qué quiere ser de mayor.
Aunque su mensaje constante es de no saber aún qué hacer, nadie de su entorno
duda que José Ignacio Landaluce -PP- se presentará de nuevo en Algeciras y eso que algún que otro mal en su salud le han hecho dudar, pero le encanta ser alcalde, la vitola que otorga el puesto, el saber que pese al desgaste del que gobierna sigue estando en su mano el continuar siéndolo y poco tiene enfrente que haga sombra a esa posibilidad. Quizás lo único, su carácter, dócil o rabioso dependiendo el día, como mostró en el desayuno en Madrid de su compañero de El Puerto cuando se negó a sentarse en la mesa presidencial enfadado porque a él la empresa organizadora, que también opera en Algeciras, nunca le ha organizado un festejo así, en el salón Neptuno del
Westin Palace frente a las Cortes y con alfombras bonitas; se sentó solo y apartado. José Ignacio en estado puro.
Su vecino en la Línea, Juan Franco, cambió los estatutos que le impedían volver a presentarse por tercera vez ante la
espantá que dio el que tenía pensando para relevarle, el ex diputado Mario Fernández, y aunque ahora cuenta con Javier Vidal en ese puesto, su decisión es seguir tras
la conveniente reforma estatutaria. Enfrente, poco, solo Gema Araujo en el PSOE, que aunque mantiene la secretaria general no se plantea ser candidata.
Germán Beardo, en El Puerto,
empezó la legislatura con mucha fuerza y, de hecho, sondeos le acercan a la mayoría absoluta, habrá que ver como gestiona este último año ante la falta de presupuestos, el desajuste con las liquidaciones anuales que le provoca tener más de 80 millones en caja sin poder gastar y todos los contratos de las concesiones en precario. La izquierda no suma y menos con David de la Encina de candidato en el PSOE, Ciudadanos, como casi en todos sitios, tiende a la invisibilidad y si no llega a la mayoría, que fácil no lo tiene apostándolo todo al brillo en redes sociales, deberá acordar con Vox, con quien mantiene a nivel local -con Leocadia Benavente- una tensa y armoniosa enemistad. Cerca, Sanlúcar,
donde Víctor Mora tiene echas las cuentas de lo que suma la derecha y a lo que alcanza la izquierda; la caída de Cs le volverá a dejar sin mayoría y su enemistad con la radicalidad de IU y, en concreto, con la
camarada Carmen Álvarez le dificultad acuerdos a la izquierda. El PP se busca a sí mismo, nadie confía en Carmen Pérez, algunos apuntan a que Sergio Romero de el paso de Cs al PP, otros persiguen un candidato nuevo, joven con, incluso, ilustre apellido sanluqueño.
En San Fernando la duda solo está en si Patricia Cavada sacará mayoría absoluta o no. Y parece que lo hará, le tiene cogido el discurso a la calle y, enfrente, un PP desinflado que presentará a María de Alba, Loaiza en franca retirada y más ahora con la caída del
casadismo, Cs al borde de la extinción y la AxSí de Fran Romero resistiendo como puede sin el calor que le daba el gobierno en la anterior legislatura y suspirando por hacer necesaria su suma para el próximo gobierno. Al lado,
Chiclana, donde el PP presentará en principio a la recién elegida presidenta del partido Ascensión Hita para medirse con Román, que soñaba para estas fechas horizontes hoy fallidos. El hoy alcalde socialista se sabe sin opciones para sustituir a Irene García en Diputación -cuando esta decida irse y con las elecciones en junio...- y con escaso peso, pese a tener el número directo del teléfono rojo..., de encabezar listas al congreso, ya se vería si al senado -ahí debe empujar a Moscoso y el
alcalde Payoyo se sabe manejar perfecto-. Le queda Chiclana, aunque su idea es, o era, no seguir.
Y la octava es Jerez, donde Mamen Sánchez volverá a ganar con holgura las elecciones con opciones claras de gobierno a través de Adelante y Ganemos, veremos si Cs conserva algo de los cuatro que tiene. Difícil. El PP se lo juega a la suma con Vox, que crece en la localidad y lo hace, justamente, a costa de la formación que lidera Antonio Saldaña, quien debe atravesar aún el arduo tramo para convertirse en candidato y más ahora tras haber perdido los favores que tenía de Madrid y verse en manos de Juanma, que veremos si al final se lo
cobra. Qué cosas.
Y con esta previa de ocho a un año vista, con el PP malagueño afincado en Sevilla organizando el relato para justificar elecciones a mitad de junio, llega la Semana Santa y el anuncio del fin de la mascarilla -se agradece- para justo después. Ferias, volantes y palillos para esta Andalucía guapa, para este Cádiz listo para vivir días, y meses, de pasión y gloria.