El Abierto de Australia contará por segundo año consecutivo con tres españoles en los octavos de final, con la victoria de ayer de Fernando Verdasco y el gran triunfo de Nicolás Almagro, uniéndose ambos a Rafael Nadal para acercarse aún más a las rondas finales del primer grande de la temporada.
Verdasco se benefició de la indisposición del austríaco Stefan Koubek, que tras perder por 6-1 decidió no continuar debido a un virus contraído hace dos días que le dejó sin energías. Almagro si tuvo que luchar, y ganó en tres sets al colombiano Alejandro Falla para situarse por primera vez en los octavos de Melbourne.
El lado negativo fueron las derrotas de Albert Montañés y Carla Suárez ante los números uno, el suizo Roger Federer (6-3, 6-4 y 6-4) y la estadounidense Serena Williams (6-0 y 6-3), respectivamente.
A los 23 minutos de partido Koubek se dio cuenta que no merecía estar ni un instante más en pista.
“La última noche no pude dormir, con dolor de cabeza y garganta, y sabía que ante Verdasco tendría que correr un montón, y no estoy en condiciones de hacerlo porque me encuentro sin energía”, dijo el austríaco que había salido de la fase previa.
El madrileño se tomó esta victoria como un ahorró de energía para el próximo duelo que le espera, sin duda el más duro, contra el ruso Nikolay Davydenko, que destrozó al argentino Juan Monaco por 6-0, 6-3 y 6-4 en 109 minutos, y que sigue sin ceder un set después de tres rondas.
Davydenko lleva ya una racha de 12 partidos ganados desde que perdiera el primero de la fase inicial de la Copa Masters de Londres contra el serbio Novak Djokovic.
Luego ganó los cinco de Doha, donde obtuvo el título y tres más aquí, donde se ha mostrado implacable.
Su moral está reforzada porque en la capital inglesa dejó en la cuneta a jugadores de la talla de Federer, Nadal, Soderling y Del Potro, y de nuevo a Federer y Nadal, ante el que salvo dos bolas de partido en la final del torneo qatarí.
Monaco dijo ayer de Davydenko que es “una máquina”, perfectamente engrasada, y letal. Y Verdasco sabe que solo ha podido ganarle en una ocasión, Roma en 2005, pero que ha perdido seis veces contra él, las tres últimas seguidas.
Quizás por eso se empapó bien de su juego viendo el partido contra Monaco en el vestuario, y después del suyo se marchó a entrenarse un poco más.
Almagro, por su parte, jugó un gran encuentro, desplegando todo su mejor tenis, y amoldándose mejor al viento que su rival, Alejandro Falla, que contó además con un público mayoritariamente colombiano que no cesó de animarle ni incluso tras perder a la tercera bola de partido.
Después de ganar sus primeros dos encuentros ante el belga Xavier Malisse y el alemán Benjamin Becker, en cinco sets cada uno, Almagro lo hizo fácil ante Falla, y se encuentra ahora a punto de igualar su mejor marca en el Grand Slam, en una torneo en el que sufre una rotura de escafoides en su mano izquierda.
Hasta ahora el mejor resultado de Almagro en un grande se ha dado en Roland Garros, donde en 2008 alcanzó los cuartos de final, y donde cayó ante Rafael Nadal.
Almagro ya había ganado a Falla en un torneo de la categoría Futures disputado en Alicante en 2003. Allí se impuso el murciano por 6-3 y 6-4.
Esta vez, en la pista dos del complejo de Melbourne Park, el murciano se adaptó mucho mejor al viento que su rival para sacar el encuentro adelante, con un gran despliegue de efectividad y potencia en dos horas y tres minutos, y a la tercera oportunidad.
Falla, que se mostró impecable en el encuentro anterior ante el español Marcel Granollers, tenía una motivación especial.
Luchaba por convertirse en el segundo colombiano en lograr los octavos en un Grand Slam, después de Jairo Velasco en el Abierto de EEUU en 1976, pero el buen juego de Almagro lo impidió.
Y ahora el murciano se enfrentará con el francés Jo-Wilfried Tsonga, finalista en 2008, que se impuso al alemán Tommy Haas, por 6-4, 3-6, 6-1 y 7-5, tras remontar un 2-4 en el último set, y con el que nunca se ha visto las caras en una pista.
En el cuadro masculino, el serbio Novak Djokovic se abrió paso ante el uzbeko Denis Istomin, y el australiano Lleyton Hewitt se benefició de la retirada del chipriota Marcos Baghdatis, lesionado en el hombro (6-0 y 4-2), y será el próximo rival de Federer.
El ruso Mihail Youznhy ni siquiera saltó a la pista debido a un problema en la muñeca derecha y dejó su plaza al polaco Lukasz Kubot.
En el femenino, Venus Williams acompañó a su hermana tras vencer a la australiana Casey Dellacqua y se medirá ahora con la italiana Francesca Schiavone.