El Producto Interior Bruto (PIB) de la economía andaluza creció en términos reales en el cuatro trimestre de 2022 un 0,2% respecto al tercer trimestre, igual que el conjunto de España (0,2% según el INE), y el doble que la Eurozona (0,1% según Eurostat), en un contexto de crecimiento nulo en el conjunto de la UE (0%), según la Contabilidad Regional Trimestral de Andalucía publicada por el Instituto de Estadística y Cartografía de Andalucía (IECA), dependiente de la Consejería de Economía, Hacienda y Fondos Europeos.
No obstante, en términos interanuales, el crecimiento de la economía andaluza en el cuarto trimestre de 2022 fue del 2,1%, seis décimas por debajo de la economía española (2,7%), pero superior a la media de la Eurozona (1,9%) y de la UE (1,8%, según Eurostat). En este periodo la economía andaluza creció casi el doble que Alemania (1,1%) y cuatro veces más que Francia (0,5%).
Según explica la Junta en un comunicado, el menor crecimiento interanual de la economía andaluza en el cuarto trimestre respecto a la española obedece a los efectos negativos de la sequía en el sector primario, que en Andalucía presentó una caída del -12,8% interanual en el cuarto trimestre, consecuencia de un descenso generalizado de las cosechas de los principales cultivos, sobre todo en la campaña de la aceituna, afectado por la escasez de precipitaciones y las restricciones al regadío.
En concreto, la caída del sector primario en Andalucía multiplica por cinco el descenso medio del sector en el conjunto de la economía española (-2,6%). La Junta subraya que el sector primario tiene un peso en la estructura productiva de Andalucía muy superior al que tiene en la economía española (6,9% frente a un 2,6% en España) y un mayor descenso, unido al mayor peso relativo del sector primario en la estructura productiva, explica el menor crecimiento relativo de Andalucía en comparación con España en este periodo.
Frente a ello, la Junta destaca que los sectores no agrarios experimentaron un mayor crecimiento relativo en Andalucía (3,4% interanual en el cuarto trimestre) con respecto al conjunto de España (3,1%), destacando el sector servicios, que creció un 4%, fruto del buen comportamiento de las actividades recreativas, culturales y de ocio, de la información y comunicaciones, y de las actividades profesionales.
Si se compara con el nivel prepandemia (cuarto trimestre de 2019), el PIB de Andalucía se encontraría a menos de medio punto de recuperar el nivel (-0,4% por debajo), mientras que el conjunto nacional se encuentra a casi un punto (-0,9% por debajo de dicho nivel). Según la Junta, ello supone que Andalucía está más próxima a recuperar los niveles de antes de la pandemia que el conjunto nacional.
Tras los resultados de la Contabilidad Regional de Andalucía referidos al cuarto trimestre, el balance del año 2022 en Andalucía ha sido de un crecimiento real del PIB del 5,2%, tres décimas por debajo de España (5,5%). Comparado con el entorno europeo, el crecimiento de la economía andaluza en 2022 supera ampliamente la media de la Eurozona (3,5%, según la estimación de Eurostat), y de la UE (3,6%), lo que favorece el proceso de convergencia.
Según la Junta, el menor crecimiento relativo de Andalucía en el conjunto del año 2022 respecto a la media española viene explicado exclusivamente por el peor comportamiento de las ramas agrarias a lo largo del año. En concreto, en 2022, y muy afectado por una climatología adversa, el sector agrario en Andalucía registró una caída (-7,5%), seis veces superior a la caída registrada en España (-1,2%).
Sin embargo, el resto de los sectores productivos (industria, construcción y servicios) presentó de manera generalizada un mejor comportamiento que en España. De hecho, la industria creció en Andalucía un 5%, dos puntos por encima de la media del sector en España (3%), lo que ha favorecido un aumento de peso del sector en la
estructura productiva de la región, alcanzando en 2022 el 13,5%, el mayor peso relativo desde el año 2000.
La construcción mostró también un mejor resultado en Andalucía que en España, con un crecimiento real del Valor Agregado Bruto (VAB) del 4,5%, medio punto más elevado que a nivel nacional. El sector con el mayor crecimiento relativo fue el de los servicios, que creció 6,6% en Andalucía, una décima más que en el conjunto de la economía española, destacando el dinamismo de las actividades artísticas, recreativas y de otros servicios (20,7%), Información y Comunicaciones (14,9%), y el Comercio, transporte y hostelería (14,9%).
Con ello, el conjunto de los sectores no agrarios registró un crecimiento en Andalucía del 6,2% en 2022, medio punto por encima de la media nacional (5,7%). Desde la perspectiva de los componentes de la demanda, el crecimiento de la economía andaluza en 2022 fue equilibrado, resultado de la contribución positiva tanto
de la demanda interna como del sector exterior.
En concreto, la demanda interna aportó 3,1 puntos al crecimiento del PIB, destacando la inversión, con un aumento del 4,7% en términos reales en 2022, muy por encima del crecimiento medio a nivel nacional (3,1%). Junto a ello, el gasto en consumo final aumentó un 2,6% (2,8% a nivel nacional).
Por su parte, el sector exterior aportó 2,1 puntos al crecimiento agregado en 2022, con un aumento de las exportaciones de bienes y servicios en términos reales del 16,1%, superior al aumento a nivel nacional (14,9%) y por encima del incremento de las importaciones de bienes y servicios (9,3%).
Con todo ello, y en términos nominales, la economía andaluza alcanzó en 2022 un nivel de PIB de 189.878 millones de euros, lo que supone, según la Junta, un máximo histórico que supera las previsiones que se incorporaron en el escenario macroeconómico del Presupuesto de la Comunidad Autónoma para 2023, que preveía un PIB de 183.962 millones de euros en 2022.
Según la Junta, en el balance de los últimos cuatro años (de 2019 a 2022) Andalucía ha crecido casi el doble que la media española (1,2% de crecimiento real acumulado en los últimos cuatro años, frente a un 0,7% en España), todo ello en una etapa de crisis económica como la atravesada por la pandemia de Covid-19, el conflicto bélico en Ucrania, la elevada inflación y la situación de sequía.
