El escritor arcense afincado en Madrid Carlos Murciano es el flamante Premio Ángaro de Poesía 2010, fallado el sábado en Sevilla, con su obra Algo tiembla. El jurado destacó que la obra de Murciano constituye “un trabajo poderoso y de extraordinaria fuerza, en la que se establece un intenso y dramático monólogo interior que interpela a la trascendencia desde los abismos de la condición humana”. Asimismo, subrayó que se trata de un libro de “equilibrada estructura, en el que se funde una primera parte de mayor libertad temática y expresiva con un conjunto de sonetos finales de acentuada impronta unamuniana y con reminiscencias de Blas de Otero y de la mejor poesía clásica española”.
En este sentido, añadió que los lectores podrán disfrutar de “sonetos originales, de exquisita factura y gran dureza temática en los que se reflexiona sobre la espiritualidad y la divinidad, desde la perspectiva del desgarro interior, la duda y el humano desamparo”. Del mismo modo, el jurado señaló que en los poemas se hace presente con “humana e intensa crudeza y desolación, un Dios lejano y ausente que va recibiendo descarnadas adjetivaciones y que se hace merecedor de un desgarrado lamento interior por su ausencia que oscila entre la necesidad y el reproche”.
Por otro lado, indicó que Murciano es un prosista y poeta de reconocida trayectoria, que cuenta con varios galardones, entre los que cabe destacar el Premio Nacional de Poesía de 1970 por Este claro silencio y el Premio Nacional de Literatura Infantil y Juvenil de 1982 por El mar sigue esperando. Ha publicado más de 80 libros, por los que ha recibido distinciones como el Premio Ciudad de Barcelona por Un día más o menos, el Premio Francisco de Quevedo por Del tiempo y soledad, el Premio San Juan de la Cruz, el Premio Internacional Antonio Machado, el Ausias March o el Premio Internacional Atántida, entre otros.
El jurado del premio estuvo compuesto por los directos de la Colección Ángaro de Poesía Francisco Mena Cantero, Víctor Jiménez Guerrero, Enrique Barrero Rodríguez, el ganador ex aequo de la edición de 2008, Jesús Tortajada, y como presidente el primer teniente de alcalde y delegado del Distrito Sur, Antonio Rodrigo Torrijos.
Carlos Murciano pasa a engrosar un listado en el que se encuentran reconocidos autores de la literatura castellana como Santos Domínguez, José García Nieto o Leopoldo de Luis, que obtuvo este galardón antes de ser distinguido con el Premio Nacional de las Letras.
Además, el jurado tuvo a bien de manera extraordinaria y en atención a la calidad de la obra finalista, conceder por unanimidad un accésit sin dotación económica y consistente en la publicación del poemario a Diana Rodrigo Ruiz, por la obra titulada Parque de sombras. El jurado apuntó a este respecto “la elegancia expresiva y el intimismo de un libro reflexivo sobre la soledad, el tiempo y el amor”. Diana Rodrigo, nacida en Ciudad Real, ha publicado ocasionalmente poemas en numerosas revistas y suplementos literarios nacionales, habiendo sido difundida abundantemente su obra en las publicaciones de la Revista Literaria Manxa.
Ambos reconocimientos se entregarán en una gala literaria que se celebrará en otoño en los Reales Alcázares de Sevilla, en la que serán presentados las obras ganadoras y los dos autores darán lectura pública a algunos de sus poemas.
Por otro lado, el jurado resaltó que este año se ha batido con claridad el récord de participantes, ya que se han registrado 197 obras que aspiraban al galardón final, dotado con un premio de 5.000 euros y la publicación de la obra en la Colección Ángaro.
En cuanto al origen de los trabajos, indicó que las obras recibidas proceden en su mayoría de distintas ciudades españolas, aunque también las hay llegadas desde México, Estados Unidos, Argentina, Portugal, Chile o Israel.
Para Antonio Rodrigo Torrijos, “el distrito Sur se enorgullece de este premio de poesía, máximo ejemplo de la apuesta por el fomento de la cultura, como elemento básico de un modelo de ciudad”. La alta participación, que cada año se incrementa de forma considerable, y la calidad de las obras presentadas avala la importancia del premio Ángaro, que se consolida como “una cita de referencia en el calendario de las letras españolas”.