Aunque pueda parecer mentira ninguno de los miembros del equipo de Gobierno del socialista David Valadez, conocía la existencia de la providencia firmada por el primer edil que ha provocado una subida media del IBI del 20%. Los ediles que han atendido a nuestras llamadas han coincidido en que no disponían de la información suficiente para hacer una valoración real de las consecuencias que esta providencia tendrá en los recibos girados a la población de Estepona.
Sin embargo y al margen de éstas, lo que ha quedado nuevamente de manifiesto es el ninguneo al que el primer edil esteponero somete a sus compañeros de Gobierno que en la mayoría de los casos desconocen las acciones llevadas a cabo por el máximo responsable municipal esteponero y que, últimamente, está teniendo una consecuencias sobre la ciudadanía dignas de tener en cuenta.
Una vez más hay que plantearse hasta cuándo el silencio de los que dirigen el destino de los esteponeros, porque si no están de acuerdo con la gestión de su alcalde, y ya no pintan demasiado en algunas de las concejalías más importantes de la ciudad, qué sentido tiene seguir sentados en sus sillones. Pero dado que hoy en día un puesto de trabajo es un tesoro, hasta resulta comprensible que todos sigan aferrados a sus sillones.
¿Qué decir de los que están en la oposición? Porque si unos hacen, los otros callan, los terceros tampoco hacen demasiado. Con la excusa de que estamos en feria ningún partido político o representante de la Corporación ha hecho manifestación alguna respecto del asunto, salvo las efectuadas a esta redacción tras las preceptivas llamadas telefónicas que han sido ignoradas por la mayoría de los concejales de esta inusual Corporación, que en demasiadas ocasiones olvidan para lo que han sido elegidos, más aún cuando para pasearse por la feria y sacar rédito político a pie de calle y al son de la música más pachanguera sí que están dispuestos, pero para informar a los esteponeros y defender sus intereses parece no ser el momento. Se han subido los recibos y se ha usado el patrimonio sin que nadie haya hecho nada.

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