El Fondo de Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF) ha afirmado este lunes que dos tercios de los objetivos mundiales sobre los derechos y el bienestar de la infancia
van con retraso con respecto al plazo de 2030 contemplado por los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), en el momento en el que el mundo se encuentra a medio camino de llegar a esta fecha desde la aprobación de los mismos.
El informe 'Progresos en el bienestar infantil: dar prioridad a los derechos de la infancia en la Agenda 2030'
recoge que sólo en once países donde viven 150 millones de niños y niñas, es decir, el seis por ciento de la población infantil, se ha alcanzado el 50 por ciento de los objetivos relacionados con la infancia, lo que supone el nivel de progreso más alto en el mundo.
Así, el informe subraya que, si el progreso continúa en esta línea, únicamente un total de 60 países, en los que reside el 25 por ciento de la población infantil, lograrán alcanzar sus objetivos de cara a 2030, lo que supondría no hacerlo en el caso de cerca de 1.900 millones de niños y niñas en otros 140 países del mundo.
"Hace siete años, el mundo se comprometió a erradicar la pobreza, el hambre y la desigualdad, y a garantizar que todos, especialmente los niños y niñas, tuvieran acceso a servicios básicos de calidad", ha manifestado la directora ejecutiva de UNICEF, Catherine Russell.
En este sentido,
ha hecho hincapié en que "en el ecuador de la Agenda 2030 nos estamos quedando sin tiempo para convertir la promesa de los ODS en realidad". "Las consecuencias de no cumplir los objetivos se medirán en vidas infantiles y en la sostenibilidad de nuestro planeta. Debemos volver al buen camino, y eso empieza por dar prioridad a los niños y niñas en la aceleración de las medidas para alcanzar los ODS", ha añadido.
El informe contiene un análisis de más de 20 años de datos procedentes de más de 190 países y compara la situación actual respecto a sus objetivos de cara a los próximos siete años, además de recoger que el desarrollo acelerado en este campo es posible si se alcanza un compromiso nacional sólido, se formulan políticas eficaces y se establece una financiación adecuada para ello.
Asimismo, refleja que algunos países de ingresos bajos y medios-bajos son los que más rápido están avanzando y los datos muestran que, según los datos disponibles hasta 2021, Camboya, India, Marruecos, Ruanda y Uganda, entre otros, obtuvieron resultados uniformes en múltiples de estos objetivos relacionados con la infancia, principalmente cuando los esfuerzos se dedicaron a esferas que produjeron resultados en una diversidad de indicadores.
Sin embargo, incluso a estos países les queda mucho camino por recorrer para alcanzar las metas y deben mantener su ritmo o acelerarlo aún más, en un momento en el que el mundo sigue haciendo frente a los efectos de múltiples crisis, entre ellos la pandemia de COVID-19, el cambio climático, los conflictos y las crisis económicas, que han paralizado o revertido años de progreso.
Concretamente, la pandemia ha contribuido directamente en los últimos años a provocar un colapso histórico de los servicios de inmunización, y la pobreza del aprendizaje ha aumentado en un tercio en los países de ingresos bajos y medios. Así, los objetivos relacionados con la protección frente al daño y la promoción del aprendizaje y de una vida sin pobreza son los que se encuentran más lejos de sus metas.
Por ello, los países que actualmente van con retraso en la materialización de estos objetivos tendrían que obtener progresos a niveles sin precedentes para poder cumplirlos de cara a 2023, por lo que UNICEF ha hecho un llamamiento a los países para que den prioridad a los derechos de la infancia en sus agendas y tomen medidas para acelerar el progreso.
Así, ha apostado por "fomentar el compromiso político a nivel nacional", para lo cual "los gobiernos deben aumentar significativamente y salvaguardar el gasto social en esferas como la salud, la educación y la protección social", así como "fijar objetivos ambiciosos y realistas y pasar a la acción".
Para ello sería necesario "adaptar los objetivos mundiales a los contextos locales, teniendo en cuenta las capacidades técnicas, políticas, de gobernanza y financieras que son necesarias para ayudar a garantizar acciones viables y cambiar la tendencia hacia una mayor aceleración de los ODS".
El organismo ha pedido además "dar prioridad a los conocimientos y las pruebas empíricas sobre la infancia", lo que pasa por "promover asociaciones sólidas y la colaboración entre las partes interesadas para facilitar la recopilación, el intercambio y el uso de datos, con el fin de determinar las acciones concretas necesarias para alcanzar las metas de los ODS".
Además, ha destacado como prioritario "reforzar el compromiso de construir un planeta habitable para todos los niños y niñas", incluido que "los gobiernos y la comunidad internacional aumenten las inversiones para elaborar y apliquen estrategias de mitigación y adaptación al cambio climático".
Por último, ha solicitado "garantizar que los sistemas de financiación funcionen para acelerar el progreso", para lo que es necesario "explorar opciones innovadoras de financiación nacional e internacional que den prioridad a los resultados, hagan hincapié en la equidad y la eficacia y dirijan la inversión a esferas transversales".
"En siete años pueden ocurrir muchas cosas", ha subrayado Russell. "Podemos renovar y reorientar nuestros esfuerzos y hacer del mundo un lugar más justo y saludable para todos. Pero para ello, los líderes mundiales deben convertirse en defensores de la infancia y dar prioridad a los derechos de la infancia en sus agendas políticas y presupuestarias nacionales", ha zanjado.