Los sindicatos UGT y CCOO, convocantes de la huelga general, consiguieron ayer una masiva participación en las diferentes manifestaciones que se organizaron en las principales ciudades andaluzas, acompañados de un gran despliegue policial, aunque no alcanzaron la paralización de la actividad económica, con un desigual seguimiento en los diferentes sectores a pesar de que los convocantes cifraron en un 75% los trabajadores que habían secundado la huelga general.
Los inicios de la jornada de huelga, antes de las doce de la noche del 29, comenzaban con los piquetes informativos en los principales centros de distribución de Andalucía. Los mercas, fuertemente vigilados por las fuerzas de seguridad, extremo muy criticado por los sindicatos, fueron los primeros en llenarse de piquetes informativos impidiendo prácticamente su actividad hasta primeras horas de la mañana, momento en el que se trasladaron hasta algunos accesos a las principales ciudades, provocando cortes esporádicos en Sevilla, Huelva, Granada y Almería.
La convocatoria de huelga general provocó ayer una sensación de día festivo derivada de la ausencia de tráfico -los servicios mínimos se cumplieron prácticamente en su totalidad-, el escaso movimiento ciudadano a primeras horas de la mañana y la actitud de los comerciantes, que secundaron sólo un 10 por ciento la huelga pero que se vieron forzados a cerrar cuando los piquetes se acercaban a sus tiendas.
De hecho, se registraron incidentes en los centros históricos y comerciales de casi todas las ciudades, con cierres de hasta tres horas en algunos de ellos, especialmente localizados en los de El Corte Inglés, objeto de graves protestas en Córdoba, Málaga o lanzamiento de bolas de pintura en Sevilla. De hecho, en la capital hispalense, el cierre de los comercios estuvo muy ligado a la cercanía de la presencia sindical: mientras la mayoría de las tiendas permanecía con las puertas medio abiertas, se veían obligadas a cerrar al paso de los piquetes informativos, que en segundos se convertían en coercitivos a pesar de la fuerte presencia policial.
Tras el paso de los sindicalistas, los comercios y especialmente los establecimientos de hostelería y restauración (que habían optado por no colocar sus veladores en la calle) volvían a abrir sus puertas. De hecho, por la tarde la práctica totalidad de estos sectores volvían a su actividad habitual.
Como en el resto del país, los sectores en los que se ha secundado la huelga masivamente han sido la construcción, el industrial o la distribución, aunque los datos son contradictorios.
Seguimiento
Mientras los sindicatos tasaban el seguimiento global en un 75%, la Junta cifraba en un 7,8% el de la Administración autonómica, con escaso seguimiento en educación (un 5,68%), sanidad (un 3,55%) y Justicia (16,8%); la CECA rebajaba el seguimiento en el comercio en un 10%; Asaja situaba en un 8% el paro en el campo (más en el inicio de la jornada); Fadeco rebajaba a un 15% el seguimiento en construcción y al 30% Ceacop, mientras ATA afirmaba que sólo uno de cada diez autónomos había secundado el paro.
Seguimientos al margen, la jornada de huelga se caracterizó por el cumplimiento de los servicios mínimos y una altísima presencia policial, con disturbios en algunos mercas, centros comerciales y universidades, lo que se saldaba con trece detenidos en toda la Comunidad y siete heridos leves.
Según informaba el delegado del Gobierno en Andalucía, Juan José López Garzón, las trece detenciones se han producido por generar disturbios o enfrentarse a la policía en la acción de los piquetes de huelguistas.
El mayor número de detenciones se produjo en las provincias de Córdoba y Sevilla, ambas con cuatro, tres en Málaga, uno más en Marbella y otro en Almería.
En Sevilla los detenidos fueron dos por un intento de corte del puente de las Delicias, al que llevaban una furgoneta llena de neumáticos para cortar esta vía; otro en un corte de la A-92 por echar gasolina debajo de un coche de policía e ir encapuchado; y uno más en la entrada de la Facultad de Derecho, detenido por enfrentarse a la policía, uno de cuyos agentes resultó herido leve.
Además, en Sevilla, han sido identificados dos miembros del equipo de Gobierno local (Carlos Vázquez y Pedro Miño, de IU) fueron identificados cuando participaban en un piquete violento.
En Córdoba, resultaron detenidas dos personas por incendiar contenedores de basura y otras dos por un intento de agresión a agentes de la policía, mientras que en Málaga fueron detenidos tres por enfrentarse a la Policía (tres agentes resultaron heridos) tras la manifestación. Los dos detenidos en Almería y Marbella lo han sido por agentes de la Policía Local cuando intervenían en piquetes de huelguistas.
En cuanto a los heridos, además de uno en una carga policial en Málaga y los cuatro agentes, otros dos sindicalistas resultaron heridos leves tras ser atropellados por un vehículo cuando informaban a los conductores en la carretera de Gibraleón en Huelva.
Éxito de movilización
Donde se registró un éxito pleno (144.000 en total) fue en las diferentes manifestaciones convocadas en las principales ciudades andaluzas, con especial incidencia en Sevilla, donde el sindicato CGT se unió a los convocantes UGT y CCOO en el acto central.
Encabezados por los líderes de UGT-A, Manuel Pastrana, y CCOO-A, Francisco Carbonero (ambos dedicaron buena parte de la madrugada a participar en piquetes informativos), la marcha de Sevilla fue la más numerosa, con más de 40.000 participantes, aunque la Policía estima que no superaron los 15.000. También fueron numerosas, según las cifras que manejan los sindicatos, las manifestaciones en Huelva (20.000), Málaga (más de 15.000), Granada (12.000), Almería y Córdoba, ambas con 10.000.
Los sindicatos mayoritarios iniciaron la marcha con aires de éxito, cifrando el seguimiento de la huelga en un 75% y defendiendo el poder de los trabajadores para exigir un cambio en la política económica del Gobierno central, al que volvieron a exigir que modifique la reforma laboral.
Al son de acusaciones directas de “embustero” a Rodríguez Zapatero, la marcha se inició desde la Plaza de San Francisco hasta alcanzar el “manifestódromo” del Palacio de San Telmo, la gran explanada que se ha diseñado tras su rehabilitación ante la sede de la Presidencia de la Junta y que se ha convertido en el escenario perfecto para cualquier tipo de protesta. Y eso que uno de sus aledaños sigue en obras.
Eso sí, los sindicatos no dejaron pasar la ocasión para criticar el “pasillo” que han sufrido por parte de las fuerzas de seguridad. “Zapatero y Rubalcaba se han equivocado”, decía Carbonero, asegurando que los trabajadores “no necesitamos escolta, necesitamos protección para garantizar el derecho a la huelga”.
De hecho, frente a los colectivos empresariales (la asociación de Huelva va a presentar una queja formal por la acción coercitiva de los piquetes informativos), los sindicatos denunciaron la “bestial presión policial” a la que se han visto sometidos los piquetes que iban a informar a los trabajadores de la convocatoria de huelga, cuando muchos estaban esperando a los sindicatos, según su versión, para poder secundar el paro ante el “chantaje” al que les sometían los empresarios.
La marcha, festiva en todo caso y sin incidentes, terminaba poniendo en valor la fuerza de los trabajadores y los sindicatos ante la política del Gobierno central. Y con un recuerdo muy emotivo a José Antonio Labordeta entonando su canción “Libertad”. Y con “La Internacional” para cerrar la marcha.
La Alhambra y Medina Azahara cierran sus puertas al turismo
Mientras en Sevilla la manifestación principal de las centrales sindicales era incluso objeto de deseo fotográfico por parte de los numerosos turistas que poblaban el centro histórico, tanto la Alhambra de Granada como el yacimiento arqueológico de Medina Azahara de Córdoba cerraban sus puertas.
La Alhambra permanecía ayer cerrada al público ante la ausencia de personal de control e información, según informaron a Efe fuentes del Patronato que gestiona el monumento.
Al turno de mañana sólo se presentó un peón de control e información, lo que obligó al cierre de la Alhambra, mientras en el recinto monumental se concentran turistas procedentes del extranjero y de distintos puntos de España como Valencia, el País Vasco, Madrid y Asturias que se quejaban de la “desinformación” y de que la solución que les ofrecían era la devolución del dinero y no la posibilidad de cambiar la entrada para otro día.
Algunos de los turistas, fundamentalmente los extranjeros, se quejaban también de que cuando compraron la entrada no se les avisó de la posible incidencia de la huelga.
Ya por la tarde, al igual que ocurrió en gran parte de las actividades económicas de nuestra comunidad, abrían al público el Palacio de Carlos V y el Museo de Bellas Artes.
También el yacimiento arqueológico de Medina Azahara de Córdoba fue cerrado al público con motivo de la huelga general, aunque sí abrieron sus puertas con normalidad la sede institucional y el museo del conjunto arqueológico, así como la Mezquita-Catedral.
De hecho, el presidente de la Federación Andaluza de Hostelería y vicepresidente de la Confederación de Empresarios de Andalucía (CEA), José Manuel Ledesma, aseguró que la huelga general ha tenido una “incidencia cero” en el sector turístico andaluz y apuntó como “única nota discordante” el cierre de la Alhambra.