Se trata de dos enterramientos de inhumación en fosas simples, el tipo de enterramiento más usual de la necrópolis gaditana.
En la mañana de ayer se conocieron nuevos datos acerca de los hallazgos romanos encontrados en la Avenida de la Constitución de la capital gaditana, que se encuentra en fase de construcción y que por diversos movimientos de tierra y pequeñas excavaciones están sacando a la luz restos de las antiguas civilizaciones que pasaron por Cádiz.
Concretamente, la inspectora del departamento de arqueología de la Delegación Provincial de Cultura de Cádiz, Ana Troya, visitó ayer el lugar donde fueron encontradas las fosas. Concretamente han sido dos, cada una de ellas con un cadáver en posición de decúbito supino y con ambas manos dejadas de caer sobre los muslos. Se trata de dos enterramientos de inhumación en fosas simples, el tipo de enterramiento más usual de la necrópolis gaditana. Ya se ha podido constatar que ambos cadáveres datan del siglo I d.c., llevándose a cabo las investigaciones oportunas para tratar de averiguar con más exactitud la fecha del enterramiento.
Profundidad
Ambas fosas han sido encontradas en días diferentes y separadas una de otra por varios metros. Han aparecido en las pequeñas zanjas, de aproximadamente un metro de anchura, que se excavan para colocar las acometidas de distintos servicios (agua, telefonía,...). No obstante, han sido descubiertas fruto de la actividad arqueológica preventiva reglada por la Ley de Patrimonio Histórico, aprobada por resolución de la Consejería de Cultura.
Así, una de las fosas se encontraba a 0,80 metros de profundidad y sólo contenía el cadáver (sin ajuar ni otros elementos), mientras que la otra ha sido hallada a poco más de un metro de profundidad y contenía restos de un pequeño ajuar de cerámica oval con una decoración pintada consistente en tres líneas.
“Improbable, pero en la arqueología nada es imposible”
La inspectora del departamento de arqueología de la Delegación Provincial de Cultura de Cádiz, Ana Troya, comentó ayer que se mantendrá el control en la obra por parte del arqueólogo por si aparecieran nuevos restos. No obstante, Troya comentaba que los trabajos ya están finalizando y que lo que resta está en una zona más elevada, por lo que en caso de haber restos están a más profundidad y “es poco probable que aparezcan”, aunque quiso dejar muy claro que “en la arqueología nada es imposible”, de ahí que mantengan los controles.
También señaló que los restos aparecidos se encuentran en una zona menos elevada y fuera del perímetro del terreno que ocupaba anteriormente el Colegio Carola Ribed, cuya construcción en su día pudo haber eliminado cualquier resto de la necrópolis romana que ocupaba toda esta zona. Estos dos cadáveres, al estar fuera del citado perímetro, se conservaron casi intactos, al igual que los que, se supone, ha de haber en la zona más cerca a los Jardines de Varela, pero por la profundidad a la que deben estar difícilmente verán la luz, al menos con esta obra.