Los datos de la última Encuesta de Población Activa (EPA) conocidos reflejan en Huelva una situación laboral muy preocupante. La provincia ha llegado al 28,96 % de paro, 79.600 onubenses que se encuentran en situación de desempleo y demandan un puesto de trabajo. Además, hay 22.800 familias con todos sus integrantes parados. Esto es insostenible. Ningún territorio que se autodefina avanzado, desarrollado o moderno puede consentir que su población activa parada ronde la escandalosa cifra del 30 por ciento. Es cierto que ha habido una crisis económica mundial y es cierto que ha afectado a la inmensa mayoría de los países del mundo más desarrollados, pero no lo es que, a nivel laboral, afecte por igual a los distintos estados. Lo que ocurre en España, una cifra de parados de más del 20%, sepan ustedes que tan sólo lo sufre un país más de Europa, Lituania. Nuestro vecino Portugal, por ejemplo, tiene una tasa de desempleo del 10,5%, Francia del 10,1% y Eslovaquia, que sigue a España en cifra de desempleados, un 13,7%. Y dentro del país, Andalucía suma unas tasas de paro desorbitadas. La alarma social está a uno o dos pasos de saltar, la población no tiene una paciencia infinita y la inacción o, casi peor, la errática dirección en la que vamos (así lo demuestra la serie inagotable de destrucción de empleo y pérdida de trabajo) está poniendo contra las cuerdas a la sociedad. Partidos políticos, empresarios y sindicatos tienen que dar soluciones urgentes al desastre que vivimos.