La lengua es uno de los órganos más importantes del cuerpo humano. No solo nos permite hablar, sino también saborear y disfrutar de los alimentos. Más allá de ser la herramienta que nos permite articular palabras, la lengua también despierta el placer de saborear y disfrutar de los alimentos. Pero, ¿sabías que cada lengua es única y que su forma y estructura pueden tener un impacto directo en tus preferencias alimentarias?
Un estudio reciente, realizado por investigadores de las universidades de Edimburgo y Leeds, en el Reino Unido, reveló que la lengua tiene un patrón tan individual como las huellas digitales. Los científicos utilizaron una técnica de escaneo en 3D para analizar las papilas, esas pequeñas protuberancias que cubren la superficie de la lengua y que contienen las células receptoras del gusto.
Los resultados, publicados en la revista Scientific Reports, mostraron que las papilas varían en número, forma y distribución entre las personas, y que estas diferencias pueden usarse para identificar a una persona con una precisión de hasta el 48%. Además, el análisis de una sola papila permitió predecir el género y la edad de una persona con una precisión moderada, de hasta el 67%-75%.
¿Cómo influyen las papilas en las preferencias alimentarias?
Según los investigadores, la diferencia en el patrón de cada lengua podría ser clave para entender por qué nos gustan unos alimentos y no otros. Esto se debe a que las papilas influyen en la percepción del gusto y de la textura de los alimentos, dos factores que determinan el placer y la satisfacción que experimentamos al comer.
Por ejemplo, las personas que tienen un mayor número de papilas fungiformes pueden percibir los sabores dulce, salado y ácido con mayor intensidad que las que tienen menos. Esto podría explicar por qué algunas personas prefieren el chocolate amargo o el limón, mientras que otras los rechazan.
Del mismo modo, las personas que tienen un mayor número de papilas filiformes pueden sentir la textura y la fricción de los alimentos con mayor detalle que las que tienen menos. Esto podría influir en la preferencia por alimentos más suaves o más crujientes, más cremosos o más líquidos, más viscosos o más fluidos.
¿Qué beneficios tiene conocer el patrón de la lengua?
Conocer el patrón único de la lengua podría tener varias aplicaciones prácticas, tanto en el ámbito de la salud como en el de la alimentación.
Por un lado, podría servir para diagnosticar o prevenir algunas enfermedades que afectan a la lengua, como el síndrome de Sjögren, una enfermedad autoinmune que provoca sequedad en la boca y que se asocia con un cambio en la forma de las papilas filiformes.
Por otro lado, podría servir para diseñar alimentos más saludables y más atractivos para las personas, adaptando el sabor y la textura a las características de cada lengua. De esta forma, se podría mejorar la calidad de la dieta y el bienestar de las personas.
El estudio de la lengua es un campo de investigación que aún tiene mucho que explorar y que podría revelarnos aspectos sorprendentes de nuestra biología y de nuestra conducta. Como dice Rayna Andreeva, la autora principal del estudio, “la lengua es un órgano fascinante y muy complejo, que nos permite comunicarnos, saborear y disfrutar de la vida”.