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Compartir el menú del día en los restaurantes, una costumbre frecuente, ¿pero ilegal?

La tendencia de compartir el menú del día en los restaurantes gana terreno provocando un intenso debate entre los hosteleros

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  • Un camarero en la plaza del Cabildo. -

La tradición del menú del día en España, una reliquia de la legislación de 1965 que exigía a los restaurantes ofrecer una comida completa a precio fijo, continúa siendo un pilar fundamental en la experiencia culinaria del país. Esta costumbre, arraigada en la cultura española, se enfrenta ahora a una tendencia creciente que ha generado división entre los profesionales de la hostelería: el acto de compartir un menú del día entre dos o más personas.

Este fenómeno ha cobrado visibilidad especialmente tras la viralización de un vídeo en TikTok por el usuario @soyfelber, que destacaba la frecuente solicitud de compartir menús en su establecimiento. La situación presenta un dilema para los propietarios de restaurantes, especialmente para aquellos con un espacio limitado, donde cada mesa es valiosa. "Si mi bar tuviese 500 mesas y no las llenásemos no me importaría, pero tengo 15-16 mesas y por suerte para nosotros todos los días lo llenamos", lamenta el hostelero, subrayando la problemática de asignar mesas amplias a parejas que optan por compartir un menú.

Las opiniones entre los hosteleros son diversas. Algunos, como David Dubra, ven en esta práctica una transgresión de la naturaleza individual del menú del día, mientras que otros, como Yamile Caicedo, consideran que compartir puede ser una solución práctica frente al desperdicio alimentario, argumentando que es preferible que dos personas compartan un menú a que parte de este se deseche.

Este debate no es exclusivo de España. Casos similares en Italia, donde se han aplicado cargos adicionales por servicios menores como dividir un bocadillo, han generado discusiones sobre la justificación de estos cargos adicionales y la transparencia hacia los clientes.

Ante esta tendencia, algunos establecimientos en España han comenzado a implementar tarifas por compartir, como Casa Martín en Huesca, que aplica un cargo adicional a los niños que comparten platos de sus padres, con el fin de cubrir los costes asociados al servicio y uso de instalaciones.

Desde la perspectiva de los consumidores, la organización FACUA señala que, aunque el sentido común debe prevalecer, en muchos casos estas prácticas pueden rozar lo abusivo. Asturias destaca por ser la única región que ha legislado específicamente sobre este tema, definiendo los menús como estrictamente individuales.

El impacto de la economía y la cultura también juega un papel crucial en esta tendencia. En ciudades universitarias como Santiago, la práctica de compartir menús puede verse influenciada por la situación económica de los estudiantes y otros grupos con recursos limitados. Además, el incremento en los precios de la restauración y el coste general de vida puede estar empujando a más personas a buscar formas de optimizar sus gastos en alimentación.

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