La reciente
actualización en las políticas salariales en España ha traído consigo una realidad inesperada para millones de trabajadores: a partir de este mes, el importe que verán reflejado en su cuenta bancaria por concepto de salario será inferior al del año pasado, a pesar de no haber cambios en el monto bruto de su remuneración. Este fenómeno es el resultado de la aplicación del
Mecanismo de Equidad Intergeneracional (MEI), una medida implementada con el objetivo de
garantizar la viabilidad del sistema de pensiones en el país.
El MEI, que se introdujo el 1 de enero de 2023, inicialmente establecía una retención del 0,6%, repartida entre la empresa (0,5%) y el trabajador (0,1%). Sin embargo, en 2024, esta cifra se ha ajustado al alza, fijándose en un 0,7% total, con una contribución del 0,58% por parte del empleador y un 0,12% a cargo del empleado. Esta modificación implica un
aumento del 0,02% en la carga fiscal para los trabajadores en comparación con el año anterior.
La situación se complica aún más al considerar que este incremento no es un hecho aislado, sino el comienzo de una
escalada progresiva de la tasa de retención que se extenderá hasta 2029. Con esta proyección, se espera que la retención sobre los salarios de los trabajadores alcance el 0,13% en 2025, y continúe aumentando gradualmente hasta situarse en el 0,2% en 2029.
Esta medida se justifica por la necesidad de
inyectar fondos adicionales al sistema de pensiones, especialmente ante el incremento de jubilaciones derivado de la generación del 'baby boom'. La presión sobre este sistema es tal, que se ha hecho imprescindible recurrir a ingresos suplementarios para asegurar su sostenibilidad.
¿Cómo afectará este cambio a tu salario mensual? Para muchos, la respuesta a esta pregunta se traducirá en una
reducción tangible de su poder adquisitivo, ya que recibirán menos dinero neto por el mismo trabajo realizado. Este ajuste, aunque pueda parecer menor, tiene un impacto directo en la economía doméstica de los trabajadores, limitando su capacidad de ahorro e inversión y, en algunos casos, su habilidad para cubrir gastos esenciales.