Roger Federer recuperó la autoridad, puesta en entredicho en su anterior partido, para sobrepasar la tercera ronda y ampliar el camino de la defensa del título del Abierto de Australia, donde sobreviven los españoles Tommy Robredo, Fernando Verdasco y Nicolás Almagro, pero de donde descabalgó la belga Justine Henin, finalista el pasado año en el cuadro femenino.
Federer, advertido por la amenaza que supuso su encuentro ante francés Gilles Simon, resuelto a cinco sets de forma dramática, obvió los contratiempos ante el belga Xavier Malisse (6-3, 6-3 y 6-1) para no faltar a la cita de octavos de final.
No jugó con fuego en esta ocasión y tiró para adelante ante cualquier contingencia. Como la que se vio en el segundo parcial, cuando Malisse rompió por única vez el servicio de Federer y se situó con 3-1.
El suizo se anotó diez juegos consecutivos y dejó sellado el encuentro para prolongar su carrera hacia el quinto título del Abierto de Australia, algo que nadie logra desde Roy Emerson.
Federer, además, se convirtió, con 57, en el jugador con más victorias en la Era Open, en el Abierto de Australia, una más que el sueco Stefan Edberg.
El español Tommy Robredo es el próximo obstáculo del número dos del circuito. Después de su triunfo ante el ucraniano Sergei Stakhovsky (5-7, 6-2, 6-4 y 6-2), el jugador de Hostalric se topa otra vez con Federer, que frustró sus aspiraciones en 2007, cuando buscaba las semifinales, su mayor logro en el primer Grand Slam de la temporada.
Robredo tiene entre ceja y ceja volver a la parte alta del torneo después del mal curso que padeció en 2010, un año de sequía después de cuatro con, al menos, algún éxito. Robredo cayó hasta el puesto 52 del ránking. “El Federer de hace cuatro años que perdía tres partidos al año, evidentemente no es el de ahora”, apuntó el español.
Nicolás Almagro también espera a un adversario de renombre, el serbio Novak Djokovic. El tenista murciano accedió a la cuarta eliminatoria del primer Grand Slam del curso por segundo año consecutivo. Nunca ha pasado de aquí en Australia. El curso pasado fue el francés Jo Wilfried Tsonga el que se interpuso en su camino. En esta ocasión, después de dejar atrás al croata Ivan Ljubicic (6-4, 7-6(8) y 6-3) se topa con el tercer favorito.
“Creo que aún no he cumplido. He venido a hacer grandes cosas. El partido con Djokovic es complicado pero estoy a un buen nivel”, apuntó el jugador murciano.
Djokovic atravesó una sesión plácida. Salió vencedor del duelo serbio ante su compañero de Copa Davis, con quién compartió éxito en la final del pasado diciembre, Viktor Troicki, que abandonó tras perder 6-2 aquejado de una lesión en los abductores.
El resto de aspirantes atravesó la tercera ronda tal y como se esperaba. Sufrió algo el estadounidense Andy Roddick, que necesitó los tres sets ante el holandés Robin Haase (2-6, 7-6(2), 6-2 y 6-2), mermado por una torcedura de tobillo en el transcurso del partido.
También el checo Tomas Berdych, que no necesitó más que tres sets para dejar atrás al francés Richard Gasquet (6-2, 7-6(3) y 6-2). El centroeuropeo, sexto cabeza de serie, avista a Fernando Verdasco, que dejó atrás los contratiempos padecidos en los encuentros de las dos primeras eliminatorias para tomar los octavos por la vía rápida.
El madrileño, sólido, ganó por 6-2, 6-4 y 6-3.
Los sobresaltos de la sesión formaron parte del torneo femenino, que se quedó sin la finalista del pasado año y una de sus aspirantes al triunfo, la belga Justine Henin. La otrora número uno del mundo cayó ante la rusa Svetlana Kuznetsova (6-4 y 7-6(8)).
Henin, operada en el codo el pasado año, ya había dado síntomas de dificultad en sus encuentros anteriores, sobre todo contra la india Sanda Mirza, ante la que necesitó tres sets. Kuznetsova se enfrentará en octavos de final con la italiana Francesca Schiavonne.