A pesar de que no están en calle Armas, tal y como dijo este lunes el responsable de expansión de Zahav, José Luis Mesía, sino en San Agustín (una calle paralela), y de que identificar la sede de la firma es casi misión imposible (carece de cualquier cartel o rótulo), los jerezanos que buscan empleo se colocaron el traje de detectives por un día con el objetivo de entregar sus currículos. Y lo consiguieron.

Tras preguntar aquí y allí, como todo peregrino, acabaron llegando a Roma, es decir, a la nueva oficina de empleo en la que se ha convertido la sede de Zahav.

“El goteo ha sido constante durante todo el día”, certificaban comerciantes de la zona. Sin embargo, todos se encontraban con la misma respuesta. En la puerta del edificio, un papel invita a los interesados a enviar la solicitud por correo electrónico a la dirección admin@zahavauto.es. Aparecían entonces los móviles y los papeles y bolígrafos, para anotar el email de la esperanza.

Pese a esto, la gente se resistía a no entregar su carta de presentación ante la futura selección de personal en mano, en un intento de derrumbar esa aureola de duda que se ha instalado en torno al proyecto y el proceso de selección. “Sólo los recogemos por correo electrónico”, decía la voz al otro lado del portero electrónico.
“Estamos aquí porque lo hemos visto en Viva Jerez” reconocían los integrantes de un grupo de hombres que acudieron a la llamada. Uno de ellos, el de mayor edad, se había desplazado a la oficina de Zahav para pedir información para “mi hijo”. Él ya está jubilado.

En edad de trabajar están la mayoría de los que acuden. Todos hombres. Es el caso de Jesús, que lleva parado “tres años”, y que reconoce que no ha hecho las maletas para irse fuera “porque tampoco hay nada”. Actualmente no tiene ingresos y acude en busca de una oportunidad para volver a la actividad. Siempre ha trabajado en actividades relacionadas con “la construcción, como electricista, de mantenimiento...”. No tiene familia a su cargo.
Entre las personas que acuden hay quien es reacio a dar su nombre, salir en una fotografía o hablar. No es el caso de otro de los casos que acepta dar la cara. Lleva parado un año, y actualmente cobra el paro. “Estoy casado y mi mujer tiene una minusvalía”, subraya quien ha trabajado para una “subcontrata de Sevillana montando líneas de alta tensión”.

Muchas esperanzas hay puestas en Zahav, como demostraron las numerosas llamadas telefónicas recibidas ayer en la redacción de este periódico. Desde la empresa dedicada a la fabricación de automóviles, su responsable de expansión, José Luis Mesía, subraya que “el número de personal que utilizará la empresa irá en función de la producción en cada momento”. Eso sí, el perfil requerido es todo una incógnita. Por éste y otros motivos, toca esperar acontecimientos.