Si las revoluciones en Túnez y Egipto ya pusieron nervioso al mercado petrolero, el contagio de las protestas a un productor de crudo como Libia ha hecho que el precio del barril se dispare un 13,5 por ciento, ante el corte de los suministros, y a la espera que la OPEP diga si abrirá más los grifos.
Lo que fueron especulaciones sobre posibles cortes de suministro por la ola de protestas en Oriente Medio se han transformado ahora en temores concretos, debido al caos que vive Libia. Y los precios han reaccionado con alzas ante esos temores.
La Agencia Internacional de la Energía (AIE) cifró el jueves ese descenso del bombeo entre 500.000 y 750.000 barriles diarios, mientras que la petrolera italiana Eni habló de 1,2 millones de barriles, el 75 por ciento menos.
"Ahora parece ser que se cortó por completo la exportación de crudo de Libia", señaló el viernes a Efe Ehsan Ul-Haq, analista de KBC.
Lo cierto es que los mercados respondieron con nerviosismo al hecho de que la inestabilidad política se haya instalado en un país de la OPEP, el mayor productor de crudo de Africa, con una producción estimada de 1,7 millones de barriles de crudo, el 2 por ciento de la producción mundial.
Así, el crudo Brent de referencia en Europa cerró sus cotizaciones del viernes a 112,14 dólares por barril, lo que supone un aumento del 9,3 por ciento desde la semana anterior.
Por su parte, el Texas estadounidense tuvo una apreciación inter semanal del 13,5 por ciento, al terminar la jornada de ayer a 97,88 dólares/barril.
Esos precios son el resultado de las noticias sobre cómo el levantamiento contra el dictador libio Muamar el Gadafi ha afectado seriamente a la actividad de varias petroleras.
Así, el miércoles la empresa alemana Wintershall interrumpió temporalmente la extracción de crudo en Libia, de unos 100.000 barriles diarios, lo que se suma a una medida similar aplicada por la hispano-argentina Repsol YPF el martes.
La francesa Total también canceló parte de su producción de 55.000 barriles diarios y la italia Eni todo el suministro de gas, por lo que los mercados temen que la situación derive en serios problemas de suministro de petróleo y gas, sobre todo, a Europa, donde va el 80 por ciento de las exportaciones libias.
Así, los ojos y las calculadoras están puestos ahora en lo que la OPEP, y su líder natural, Arabia Saudí, puedan hacer para compensar esos recortes de petróleo libio.
"Hasta el momento no ha habido una evidencia decisiva de Arabia Saudí (..). Más que un comunicado oficial, tenemos los reportajes habituales citando fuentes anónimas del reino", alertaron los expertos de KBC.
"La falta de claridad sólo puede contribuir a la volatilidad del mercado, que el reino (saudí) dice esforzarse por evitar", insisten esos analistas.
Así, sin mencionar cifras concretas, la AIE aseguró el viernes que Arabia Saudí ha incrementado su producción de petróleo para compensar el bajón registrado en Libia. Diversos medios apuntaron que pasó de los 8,6 millones de barriles diarios que se registraron de media en el mes pasado a, al menos, 9 millones.
Ya el miércoles, Rafael Ramírez, ministro de petróleo de Venezuela, otro importante socio de la OPEP, lanzó un mensaje tranquilizador al asegurar que no había alteración del suministro.
"Los grandes consumidores acumulan grandes reservas de petróleo en sus almacenes", señaló el ministro, quien no obstante afirmó que si llega a producirse una interrupción en el suministro la OPEP se reuniría para determinar si se permite a los consumidores agotar sus inventarios o se aumenta la producción.