Ya se cuenta con una identificación positiva tras contrastar las huellas dactilares del cuerpo que fue localizado ayer
Las autoridades judiciales han confirmado por las huellas dactilares que el cadáver hallado ayer en Tenerife es el del joven británico Jay Slater, desaparecido en la isla desde el pasado 17 de junio, y que su muerte se debió a un politraumatismo compatible con una caída en una zona rocosa.
La información ha sido facilitada este martes por el Tribunal Superior de Justicia de Canarias (TSJC), que previamente había informado de que los resultados de la autopsia del cadáver localizado ayer en Masca (Buenavista del Norte) se iban a demorar ante el estado muy deteriorado en el que se ha hallado el cuerpo.
No obstante, ya se cuenta con una identificación positiva tras contrastar las huellas dactilares del cuerpo que fue localizado ayer por la mañana por parte de agentes del Grupo de Rescate e Intervención en Montaña de la Guardia Civil.
También se ha confirmado que la muerte se produjo tras una caída en zona rocosa, lo que ocasionó politraumatismos al joven, que se encontraba en paradero desconocido desde el pasado 17 de junio.
Aunque habían advertido acerca de la demora en obtener los resultados de la autopsia, las fuentes judiciales también habían precisado anteriormente que hay "pocas dudas" acerca de la identidad del cuerpo recuperado en Masca, pues la documentación que portaba corresponde a la del joven británico.
Pero debido al mal estado del cuerpo, tras casi un mes desde su desaparición, se indicó asimismo que el Juzgado de Primera Instancia e Instrucción número 1 de Icod de Los Vinos había considerado probable que la identificación definitiva del fallecido no se establezca hasta la semana próxima.
El cuerpo fue localizado en la mañana del lunes por agentes del Grupo de Rescate e Intervención en Montaña de la Guardia Civil en la abrupta zona de Masca, donde se buscaba al joven británico desde hacía 29 días.
El joven había viajado en junio a Tenerife con unos amigos para asistir a un concierto pero desde el 17 de ese mismo mes, día que se puso en contacto con una amiga, no se sabía nada sobre su paradero y se le buscaba en la zona de Masca, donde su teléfono dio su última conexión.
Dado lo complicado del caso, el hallazgo ha sido posible gracias a la búsqueda llevada a cabo por la Guardia Civil durante todo este periodo, en las que se preservó el espacio natural para que no se llenase de curiosos, según informó el cuerpo de seguridad.
La Guardia Civil ha insistido en que no se ha parado de buscar al joven cada día por la zona de Masca, donde presuntamente había desaparecido, y los agentes del GREIM, especialistas en montaña, encontraron el cuerpo sin vida ayer en una zona muy inaccesible.
El pasado 30 de junio la Guardia Civil comunicó que daba por finalizado el dispositivo de búsqueda de Jay Slater, desaparecido en Tenerife desde el pasado 17 de junio, pero dejaba abiertas todas las líneas de investigación relacionadas con el caso.
El Instituto Armado había organizado el día anterior, el sábado 29 de junio, un operativo para intentar localizar a Slater tras un rastreo infructuoso en el que participaron agentes, helicópteros y drones y perros especializados en la búsqueda de personas en grandes superficies de terreno, pertenecientes al Servicio Cinológico de la Guardia Civil desplazados desde Madrid.
Todos participaron en una batida masiva organizada por la Guardia Civil tras solicitar la colaboración de todas las asociaciones de voluntarios y de particulares expertos en un abrupto terreno, Masca, que es una zona rocosa, llena de desniveles y con multitud de barrancos, senderos y caminos.
Jay Dean Slater, de 19 años, desapareció en la tarde-noche del 17 de junio y el dispositivo de búsqueda se amplió a otras zonas de Buenavista del Norte, más allá del barranco de Masca, donde fue geolocalizado por última vez antes de quedarse sin batería en el teléfono móvil.
Según el relato de una de las amigas del joven, durante la estancia en Tenerife, Slater conoció a dos personas con las que se fue al parecer a la zona de Masca.
La joven recibió ese día una llamada de su amigo para decirle que estaba perdido y tenía sed, y que apenas le quedaba un 1 % de batería en el teléfono móvil.