Andalucía
Vidas salvadas del apocalipsis
Espectacular recreación de un escape de fuga radioactiva en Alcalá de Guadaíra
Cae la noche y un ruido ensordecedor enciende la alerta a la población civil. Un posible escape radioactivo pone en peligro a a un tranquilo pueblo de Los Alcores. Una llamada al 112 activa el protocolo de actuación para situaciones de emergencia.
A lo lejos se puede contemplar decenas de heridos que no pueden respirar. El sonido de las ambulancias precede a la llegada de la patrulla de los tedax, que examinan el terreno con trajes NBQ que consiguen aislar el cuerpo del exterior, ante el temor a un escape químico.
El riesgo es alto y se debe proceder al diagnóstico rápido de los pacientes para determinar cuál debe ser tratado primero. Se colocan unas luces brillantes de distintos colores denominadas triajes, para que cuando lleguen médicos y enfermeros sepan cual debe ser atendido, dependiendo de si es válido o no, es decir, puede caminar.
Estamos en la denominada “zona sucia” y ahora hay que proceder al ejercicio de descontaminación de las víctimas a través de un complejo sistema de duchas y eliminación de residuos radioáctivos. Una tarea donde no puede haber margen de error.
Simulación de crisis
Esta situación ficticia de ejercicios de salvamento en casos de catástrofe, denominado Crisis Task Force ha tenido lugar en el polígono militar Las Canteras ubicado en Alcalá de Guadaíra y ha contado con la presencia de más de 650 especialistas.
Sirve de aprendizaje para que los mandos de instituciones tan reconocidas como el 061, la Policía Nacional o la Brigada de Sanidad sepan desenvolverse de manera conjunta en condiciones de extrema urgencia. “Es muy importante saber coordinar las tareas para realizar el protocolo correctamente”, explica Paco Bonilla, director del 061.
La función didáctica seguía en los cursos que impartían y recibían los voluntarios de las distintas instituciones.
Cada equipo, que acudía desde distintos puntos de España, recreaba el procedimiento desde el inicio en la zona, montando sus propias tiendas de campaña y trayendo las provisiones estimadas para el tiempo del ejercicio. “No puedes pretender salvar vidas, si no tienes una infraestructura adecuada para ello”, explica Jesús Hernández, técnico del Semyu.
En los campamentos cada uno desempeña una función, aunque no fuese la prevista. “No puedes pretender venir sólo a poner inyecciones, porque es una zona desprovista de recursos”, concluye Hernández.
A lo lejos se puede contemplar decenas de heridos que no pueden respirar. El sonido de las ambulancias precede a la llegada de la patrulla de los tedax, que examinan el terreno con trajes NBQ que consiguen aislar el cuerpo del exterior, ante el temor a un escape químico.
El riesgo es alto y se debe proceder al diagnóstico rápido de los pacientes para determinar cuál debe ser tratado primero. Se colocan unas luces brillantes de distintos colores denominadas triajes, para que cuando lleguen médicos y enfermeros sepan cual debe ser atendido, dependiendo de si es válido o no, es decir, puede caminar.
Estamos en la denominada “zona sucia” y ahora hay que proceder al ejercicio de descontaminación de las víctimas a través de un complejo sistema de duchas y eliminación de residuos radioáctivos. Una tarea donde no puede haber margen de error.
Simulación de crisis
Esta situación ficticia de ejercicios de salvamento en casos de catástrofe, denominado Crisis Task Force ha tenido lugar en el polígono militar Las Canteras ubicado en Alcalá de Guadaíra y ha contado con la presencia de más de 650 especialistas.
Sirve de aprendizaje para que los mandos de instituciones tan reconocidas como el 061, la Policía Nacional o la Brigada de Sanidad sepan desenvolverse de manera conjunta en condiciones de extrema urgencia. “Es muy importante saber coordinar las tareas para realizar el protocolo correctamente”, explica Paco Bonilla, director del 061.
La función didáctica seguía en los cursos que impartían y recibían los voluntarios de las distintas instituciones.
Cada equipo, que acudía desde distintos puntos de España, recreaba el procedimiento desde el inicio en la zona, montando sus propias tiendas de campaña y trayendo las provisiones estimadas para el tiempo del ejercicio. “No puedes pretender salvar vidas, si no tienes una infraestructura adecuada para ello”, explica Jesús Hernández, técnico del Semyu.
En los campamentos cada uno desempeña una función, aunque no fuese la prevista. “No puedes pretender venir sólo a poner inyecciones, porque es una zona desprovista de recursos”, concluye Hernández.
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