Tras un durísimo verano marcado por el repentino fallecimiento de su sobrino Juan Carlos Rojas a los 36 años el pasado 15 de agosto, Norma Duval retoma poco a poco la normalidad y, además de en su familia, se vuelca en su profesión para sobrellevar este doloroso trance con fuerza y la sonrisa que siempre la ha caracterizado.
Este jueves la artista ha desfilado de nuevo -años después de subirse a la pasarela por última vez- en la tienda de Punto Roma en Granollers, ejerciendo de embajadora de la campaña solidaria de la firma de moda con la que lleva trabajando 22 años, con motivo del Día Internacional Contra el Cáncer.
Orgullosa de sus 68 años y asegurando que es "la persona que más presume de su edad del mundo", Norma confiesa que, aunque tiene una vida plena en lo personal, todavía no se ha planteado 'jubilarse': "Aunque no tardaré tantos años en retirarme, ya me queda menos, pero el tiempo que me queda lo voy a disfrutar a tope. Yo soy una mujer que no puedo estar quieta. Yo no me aburro nunca jamás. Siempre tengo algo que hacer y luego tengo muchas obligaciones. Unas me gustan más, otras me gustan menos. Pero bueno, el caso es poder estar todos los días, levantarte y decir es un nuevo día. Y ponerte a trabajar y ponerte a tener actividad, porque yo creo que lo peor que le puede ocurrir a una persona es sentarse en un sofá, quedarse ahí, no tener actividad y ahí te mueres" reconoce.
Una filosofía de vida que comparte con Matthias Khün, con el que está a punto de celebrar su segundo aniversario de boda y del que está tan enamorada como el primer día. Como desvela, el éxito de su relación -que dura ya 14 años en los que ha habido algún que otro 'impass'- es que "somos una pareja que nos movemos muchísimo, viajamos mucho". "Él está siempre fuera y yo soy la que voy a verlo porque él está en Suiza y yo renuncie a estar residiendo en Suiza porque prefiero tener la tranquilidad de ir cuando me viene bien y cuando no me viene bien. Y la verdad es que tenemos siempre mucha ilusión por cosas nuevas y somos una pareja muy parecida en realidad" confiesa, convencida de que la clave es que "una pareja tiene que tener muchas cosas en común para que tenga una continuidad y con los años siga teniendo ganas de estar juntos. Eso es como un cóctel, ¿sabes? Hay muchos ingredientes ahí". "Y también darse espacio, sino sería horrible" añade sonriente, explicando que pese a la distancia no están tanto tiempo separados como podríamos pensar.
Junto a su marido, sus tres hijos -Marc, Yelko y Christian-, y sus nietos son su gran alegría. Y aunque no tiene favoritismos, no puede evitar que se le caiga la baba al hablar de la pequeña de la familia, Valentina, que a sus dos años ya apunta maneras como la abuela: "Menuda pieza. Una brujilla total. Con dos años lo larga todo, habla todo. Tiene un arte y una gracia. Yo esta sí la veo que promete. Soy la nona, y con eso ya estoy feliz. Tiene el carácter mío. Mira, me mandó un vídeo mi nuera el otro día que iba con una motito de esas de juguete bajo una cuesta, se cae con la moto, se levanta, se limpia las manos, se vuelve a subir a la moto y se va. Esa es mi nieta con dos años. Y esa soy yo" presume orgullosa.
"El día que me muera me he ido feliz, porque he tenido una vida plena, completa, he hecho lo que he querido en cada momento de mi vida. Y eso todo el mundo no lo puede decir. Eso es una gran suerte. Y lo digo con humildad, con ninguna prepotencia, pero es la realidad. He hecho lo que he querido con mi vida. Eso es maravilloso. Entonces, a estas alturas de la vida, sigo conservando esa forma de ser que es que si me caigo, me levanto. Y si me caigo 20 veces, me levanto 20 veces. Porque la vida hay que vivirla. Y no te puedes permitir caer" desvela en referencia al tremendo varapalo que ha supuesto la muerte de su sobrino.
Un golpe en el que, como nos cuenta, se ha apoyado en "mi marido, mis hijos, mi hermano, mis amigos, que tengo amigos maravillosos". "Todo mi entorno, pero bueno principalmente también es algo interior que llevas tú mismo ¿no? es una forma de ser también, porque cada día es maravilloso y cuando te levantas tienes que agradecer el estar vivo. Yo sé aprovechar ese regalo de vida, por eso la vivo intensamente" reconoce.
NORMA SE PRONUNCIA TRAS LA FILTRACIÓN DE LAS IMÁGENES Y LOS AUDIOS DE BÁRBARA REY Y EL REY JUAN CARLOS
Compañera de profesión de Bárbara Rey, a la que conoce hace muchísimos años, Norma se muestra cauta al hablar de la publicación de las imágenes y los audios de la vedette con el Rey Juan Carlos: "Yo en esos años estaba trabajando como loca, no tenía tiempo de nada, en el 94 nació mi último hijo, me puse a trabajar 15 días después de haberlo tenido y yo me he dedicado a trabajar, a trabajar, a trabajar y a trabajar". "Entonces yo respeto mucho la vida de los demás y por supuesto de los compañeros y compañeras y eso es algo tan personal que yo no soy quien para opinar de ello" sentencia.
"Tengo aprecio a Bárbara y no, no voy a comentar nada" ha asegurado, poniéndose en su lugar tras la traición de Ángel Cristo Jr. y mostrándole todo su apoyo tanto a la vedette como a Sofía Cristo -a la que confiesa que tiene incluso más cariño que a su madre- en estos momentos. "A los hijos se les quiere mucho, es muy doloroso, ella sabe que yo la aprecio, nos conocemos hace muchos años y no soy quien para hablar de la vida de los demás" expresa con cautela.
"Y a Sofía la tengo un cariño muy especial porque es una maravilla de persona y la he tratado incluso más que a Bárbara. Sofía una persona que ha demostrado algo muy importante, caerse y levantarse, justamente lo que llevamos hablando. Ella se cayó y se levantó, y se levantó con mucha dignidad y ayuda a personas que tienen problemas y es una persona maravillosa, yo tengo muchísimo cariño a Sofía Cristo, así que desde aquí, un beso grande" ha concluido, manteniéndose al margen del enfrentamiento de Bárbara con otra compañera a la que conoce hace décadas, Jenny Llada.