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Días de barrunto

¿Truco o trato?

Podríamos pasar página dándonos un bañito en la piscina. De eso nada, monada, porque la piscina ahora ni siquiera llega a la categoría de charco

Publicado: 26/10/2024 ·
11:44
· Actualizado: 26/10/2024 · 11:44
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Autor

José Manuel Infante Gómez

Columnista mitad barbateño mitad madrileño. Redactor en web deportiva trescuatrotres.com

Días de barrunto

En palabras de su autor: "Intento decir lo que pienso pensando siempre lo que digo"

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He escuchado decir a muchos marineros que los temporales de levante, aparte de ser bastante molestos, tienen un efecto beneficioso para las aguas, ya que las limpian de algas para volverlas a dejar aptas para el disfrute.

Hace tan solo unos días, un temporal, esta vez de lluvia, se cebó con el pueblo hasta inundar sus calles, pareciendo que el mar también quiso hacer un efecto limpieza y llevarse alguna suciedad, aunque no pudo con toda.  Otra lluvia, esta vez de dinero, visitó la localidad hace poco. Es una buena noticia, sin duda, que Barbate se beneficie, después de mucho tiempo, de una asignación económica. Enhorabuena, pues, a los autores de este gran éxito. Pero el logro no alcanza a tapar tanto estropicio.

Antes del descanso veraniego de este periódico, escribí un artículo que hablaba de las dificultades de nuestro equipo de fútbol (Barbate tracatrá...). Tres meses después, resulta que aquello sigue igual o peor. Mal asunto.

No hace falta resaltar los innumerables beneficios que el deporte tiene para la salud, pero resulta que esos beneficios no los pueden obtener muchos vecinos de la localidad. Empezaré por el polideportivo, esa instalación que parece desintegrarse poco a poco, adquiriendo un aspecto cada vez más fantasmal. Ojalá no siga el mismo camino que el parque infantil (Ay Dios mío, solo de pensarlo me entra de tó). ¿Seguimos?

Podríamos pasar página dándonos un bañito en la piscina. De eso nada, monada, porque la piscina ahora ni siquiera llega a la categoría de charco.

Seguro que mucha gente se centra en buscar culpables a estas situaciones. Pero, sin restar importancia a ese tema, me gustaría mucho más que el objetivo principal fuese el de buscar soluciones. Se trata de negligencias, porque no tienen otra definición, absolutamente gravísimas. Porque hablamos de muchos barbateños  que tienen que irse a otras localidades para hacer un poco de deporte o jugar sus competiciones. Así no, picha.

Hablando en plata, pienso que se está ninguneando a toda esta gente. No me gusta en absoluto que mis artículos sirvan para criticar, pero, como en esta ocasión, si he de hacerlo, lo haré. Ojalá este artículo sirva para hacer recapacitar a algunos sobre su mala gestión.

La semana que viene se celebra esa dichosa fiestecita a la que tanta tirria le tengo. Sí, hombre; esa donde mucha gente se disfraza de espíritus, fantasmas y demás seres del más allá. Yo, como novelista (que no novelero) que soy, voy a imaginar que el polideportivo y la piscina se han disfrazado para celebrar esa fiesta de nombre tan horroroso como los disfraces.

Entonces, resulta que, dentro de 15 días, en mi próximo artículo, me olvido de todo lo escrito en estas líneas porque el Jalowin, agradecido por el realismo de los disfraces de esas instalaciones, ha conseguido que se arreglen y vuelvan a servir al pueblo como lo han hecho hasta ahora. Me parece un buen final, espero que para los culpables de tan enorme desaguisado también lo sea. ¿Truco o trato?. n

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