Los 83 adjudicatarios de las viviendas comienzan a dar forma a sus hogares
Llevan menos de una semana en su nuevo piso. Los inquilinos de las 83 viviendas de integración social de Residencial Martinete, promovida por Emuvijesa, llevan desde el miércoles limpiando y acondicionando sus casas. “Un lujo”.
Es el caso de Luis Junquera, adjudicatario de un piso de tres dormitorios en el bloque 10. Sesenta y cuatro metros cuadrados que pasarán a ser el hogar de su familia, compuesta por su mujer y dos hijos, que a partir de ahora tiene que hacer frente a un alquiler mensual de 350 euros que algunos vecinos ya consideran “excesivos” y “fuera de mercado”.
En el caso de Luis, él está cobrando el subsidio por desempleo y su mujer está desempleada. “Vamos a ver cómo nos la apañamos”, dice preocupado quien se ha convertido en uno de los portavoces de unos adjudicatarios que han estado esperando la entrega de las llaves durante año y medio. Y es que, en los tiempos que corren, la cuota mensual para estas viviendas -a las que pueden acceder en propiedad a los 25 años- parece excesiva, al tratarse de inmuebles que buscan favorecer la integración social.
La falta de liquidez del Ayuntamiento y los problemas internos del Gobierno local socialista, derivaron en impagos a la constructora y en retrasos continuados en la tramitación de licencias. Vivienda y Urbanismo se acusaron mutuamente durante meses, hasta que el equipo de Pilar Sánchez tuvo que hacer las maletas tras la victoria del Partido Popular en las elecciones municipales del 22 de mayo. Justo antes del traspaso de poderes, escenificado con la investidura de Mª José García-Pelayo como alcaldesa, el entonces delegado municipal de Urbanismo en funciones, Juan Pedro Crisol, anunció la concesión de la licencia de primera ocupación para los pisos de Martinete y Los Olivos.
Atrás quedaron meses de protestas y reivindicaciones, que culminaron con la entrega de los pisos de manos del nuevo Gobierno del PP, que se ha encargado de subrayar que ha preferido entregar las viviendas para acabar con la pesadilla de estas familias a pesar de que falta aún por culminar algunos aspectos, como la urbanización de la zona, que junto con el suministro eléctrico han dado muchos dolores de cabeza tanto a responsables políticos como a los adjudicatarios.
Por cierto, que hablando de problemas, los vecinos de Martinete ya han manifestado que “a algunos pisos a los que correspondía un garaje y un trastero según consta en los papeles, les falta”. Un hecho que ya han trasladado al actual delegado municipal de Urbanismo, Infraestructuras y Vivienda, Antonio Saldaña.“Después de todo lo que nos ha hecho pasar el anterior Gobierno local, lo que no vamos a consentir es que además hayan querido hacer negocio a nuestra costa”, dice Luis Junquera. Un hombre, que más allá de exponer las reivindicaciones que le trasladan sus vecinos agradece, junto a su mujer, el hecho que el “calvario” haya dejado paso “a un sueño”, que se ha hecho realidad.