El pan con aceite de oliva es más que un desayuno en Andalucía; es una tradición con raíces milenarias. Este humilde pero exquisito manjar, que hoy se disfruta en bares, hogares y en el famoso "desayuno andaluz" de los colegios, tiene una historia que se remonta a las civilizaciones que poblaron el sur de la Península Ibérica.

Un legado de la dieta mediterránea

El aceite de oliva y el pan han sido la base de la dieta mediterránea desde tiempos inmemoriales. Los fenicios y romanos ya cultivaban olivos en Andalucía, perfeccionando técnicas de producción que permitieron expandir este producto por todo el Imperio. En la Bética, actual Andalucía, se producían toneladas de aceite que eran transportadas en ánforas hasta Roma, donde se consideraba un bien esencial.

El pan, por su parte, ha acompañado la alimentación del ser humano desde la antigüedad. En Al-Ándalus, los musulmanes introdujeron nuevas variedades de pan y mejoraron los sistemas de riego para potenciar la producción de trigo y olivos. Durante esta época, el consumo de pan untado con aceite de oliva comenzó a extenderse, con añadidos como azúcar o miel, que aún hoy se conservan en algunas regiones.

De alimento de jornaleros a símbolo gastronómico

Durante siglos, el pan con aceite fue un alimento básico entre las clases trabajadoras andaluzas, especialmente los jornaleros que trabajaban en el campo. El desayuno debía ser nutritivo, económico y fácil de preparar, y el aceite de oliva, disponible en la mayoría de los hogares rurales, ofrecía una fuente de energía fundamental. A menudo se combinaba con pan cateto o mollete, a veces acompañado de tomate, ajo o una pizca de sal.

En pleno siglo XX, este desayuno siguió siendo un pilar en la alimentación de los trabajadores agrícolas, ya que aportaba los nutrientes necesarios para afrontar largas jornadas en los olivares y campos de Andalucía. Además, el aceite de oliva tenía un fuerte valor simbólico y cultural, ya que la mayoría de las familias andaluzas estaban directa o indirectamente vinculadas a su producción.

El pan con aceite en la actualidad

Con la llegada de la modernidad y la diversificación alimentaria, el pan con aceite dejó de ser exclusivamente el desayuno de las clases populares y se convirtió en un referente gastronómico andaluz. En los bares y cafeterías de Andalucía, es habitual encontrarlo en distintas variantes: con tomate triturado, jamón ibérico, aguacate o miel, adaptándose a los gustos contemporáneos sin perder su esencia.

Desde 1983, con la instauración del Día de Andalucía, el pan con aceite de oliva se ha convertido en el protagonista del desayuno andaluz en los colegios. Durante esta jornada, miles de escolares disfrutan de esta combinación, una iniciativa promovida por la Junta de Andalucía para reforzar la identidad cultural y fomentar hábitos saludables entre los más jóvenes.

En el ámbito de la gastronomía internacional, el pan con aceite ha sido reconocido como uno de los mejores ejemplos de la dieta mediterránea, recomendada por nutricionistas por sus beneficios para la salud cardiovascular. Su sencillez y autenticidad han llevado a que incluso fuera de España se valore como un desayuno saludable y delicioso.