Discrepancias sobre cómo afrontar la crisis de endeudamiento.
La sorprendente dimisión del economista jefe del Banco Central Europeo (BCE), el alemán Jürgen Stark, evidencia las discrepancias políticas en el seno de la entidad sobre cómo afrontar la crisis de endeudamiento soberano y añade más incertidumbre en los mercados.
Las bolsas europeas y el euro reaccionaron con importantes pérdidas a la dimisión, mientras las primas de riesgo de Grecia, Portugal, Italia y España y los seguros de impago de esta deuda subieron con fuerza de nuevo.
El BCE informó ayer en un comunicado de que Stark anunció al presidente de la entidad, Jean-Claude Trichet, de que va abandonar su cargo antes de que concluya su mandato el 31 de mayo de 2014 aduciendo “razones personales”.
Stark, que es miembro del comité ejecutivo y del consejo de gobierno del BCE, permanecerá en el puesto hasta que se encuentre un sucesor, lo que según el procedimiento será a finales de este año.
Alemania va a proponer que el sustituto de Jürgen Stark sea un alemán, según fuentes del Gobierno germano. Uno de los nombres que se baraja es el secretario de Finanzas alemán, Jörg Asmussen.
En medio de la peor crisis financiera desde la Segunda Guerra Mundial, Stark ha defendido hasta el final, poniendo a disposición su cargo, la ortodoxia monetaria, que considera que el aumento de la masa monetaria es un riesgo para la estabilidad de precios y crea presiones inflacionistas.
Stark es el segundo alemán que abandona el BCE por su oposición al programa de compra de deuda soberana, que en un primer momento fue sólo para ayudar a países pequeños como Grecia, Irlanda y Portugal, pero que ahora se ha extendido a España e Italia.
Las voces críticas consideran que la entidad monetaria asume responsabilidades.