Los jerezanos optan por quedarse en casa antes que buscar trabajo en otras ciudades
La cifra de jerezanos que deja la ciudad no crece en los últimos años a pesar del desempleo
La reiterada emisión de la película Vente a Alemania, Pepe no parece animar a los jerezanos a hacer las maletas como alternativa a la crisis económica y el consiguiente incremento del número de desempleados.
Así lo ponen de manifiesto los datos ofrecidos por el Instituto de Estadística de Andalucía (IEA), que constatan que el número de personas que abandona la ciudad apenas ha experimentado variación desde que la depresión económica empezara a desplegar sus efectos.
En 2010 abandonaron la ciudad 3.551 personas, sólo 114 más que en 2007, cuando la crisis apenas había tomado carta de naturaleza. Claro que hay que tener en cuenta la población pasó en este periodo de 202.687 a 208.896 habitantes, lo que significa que realmente el peso porcentual de los emigrantes jerezanos experimentó incluso una reducción.
Tampoco era similar la situación económica. Así, mientras en julio de 2007 la ciudad alcanzó su número máximo de trabajadores (71.405), diciembre de 2010 se cerró con 58.677 afiliados a la Seguridad Social. De hecho, en este periodo de tiempo se pasó de 17.027 a 29.974 demandantes de empleo.
Por el contrario, la crisis sí parece haber servido para contener a la inmigración, que en 2007 alcanzó su hito máximo al establecerse en la ciudad 5.032 personas llegadas desde otros puntos de Andalucía, España y el extranjero.
Ningún ejercicio se ha cerrado hasta ahora con un saldo migratorio negativo, siendo en todo caso 2007 el año que presentó un mejor balance y 2009 el peor, con sólo 628 inmigrantes más que emigrantes.
La crisis aprieta, pero por lo visto no ahoga aún lo suficiente como para buscar el futuro lejos de Jerez.
Así lo ponen de manifiesto los datos ofrecidos por el Instituto de Estadística de Andalucía (IEA), que constatan que el número de personas que abandona la ciudad apenas ha experimentado variación desde que la depresión económica empezara a desplegar sus efectos.
En 2010 abandonaron la ciudad 3.551 personas, sólo 114 más que en 2007, cuando la crisis apenas había tomado carta de naturaleza. Claro que hay que tener en cuenta la población pasó en este periodo de 202.687 a 208.896 habitantes, lo que significa que realmente el peso porcentual de los emigrantes jerezanos experimentó incluso una reducción.
Tampoco era similar la situación económica. Así, mientras en julio de 2007 la ciudad alcanzó su número máximo de trabajadores (71.405), diciembre de 2010 se cerró con 58.677 afiliados a la Seguridad Social. De hecho, en este periodo de tiempo se pasó de 17.027 a 29.974 demandantes de empleo.
Por el contrario, la crisis sí parece haber servido para contener a la inmigración, que en 2007 alcanzó su hito máximo al establecerse en la ciudad 5.032 personas llegadas desde otros puntos de Andalucía, España y el extranjero.
Ningún ejercicio se ha cerrado hasta ahora con un saldo migratorio negativo, siendo en todo caso 2007 el año que presentó un mejor balance y 2009 el peor, con sólo 628 inmigrantes más que emigrantes.
La crisis aprieta, pero por lo visto no ahoga aún lo suficiente como para buscar el futuro lejos de Jerez.
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