Los lingotes son de plata de "pureza máxima", de 12, 22 y 26 kilos de peso, respectivamente.
La Consejería de Cultura, el Centro de Arqueología Subacuática (CAS) y la Autoridad Portuaria Bahía de Cádiz (APBC) han presentado los hallazgos arqueológicos encontrados hasta el momento en las obras de la nueva terminal de contenedores del puerto gaditano. Se trata de dos pecios, tres lingotes de plata, un peto de hierro, dos monedas, dos planchas de cobre de las que se usaban para acuñar monedas y troncos de madera de guayacán, un árbol originario de América.
En una rueda de prensa conjunta en la que han participado la delegada provincial de Cultura, Yolanda Peinado; el presidente de la APBC, Rafael Barra, y la directora del CAS, Carmen García, han destacado la "estrecha colaboración" que están manteniendo y que les permite afirmar que "estamos yendo de la mano y cumpliendo con todos los protocolos pertinentes".
Peinado ha subrayado el "incalculable valor histórico" de estos hallazgos que, según las primeras hipótesis, se situarían en la horquilla temporal de los siglos XVII y XVIII.
Se trata, concretamente, de dos barcos hundidos, siendo uno de ellos un posible "pecio histórico"; dos planchas de cobre para la acuñación de monedas de unos 7,5 kilos de peso cada una; un peto de hierro; tres lingotes de plata de "pureza máxima" --del 99,2 por ciento-- de 12, 22 y 26 kilos de peso; dos monedas y troncos de guayacán.
Debido al escaso tiempo que se ha tenido para trabajar sobre estos elementos, se piensa, todavía a nivel de hipótesis, que las monedas y los lingotes podrían estar asociadas al mismo pecio y venir de México. Los lingotes podrían ser anteriores a 1651 y, pese a tener la marca del propietario, éste no ha sido aún identificado. Asimismo, han mostrado una moneda que pesa unos 20 gramos de ocho reales que sería posterior a la independencia del Reino de Portugal, puesto que el escudo ya no aparece.
En cuanto al peto, destacan que este tipo de elementos se utilizaba fundamentalmente en el siglo XVI y su uso se va perdiendo en el XVII, llegando casi a desaparecer en el siglo XVIII. Por el momento no se conoce si es un elemento aislado en la zona en la que fue encontrado o si está asociado a un pecio en concreto.
Según han indicado, se han establecido zonas de protección y el CAS está haciendo un seguimiento "24 horas al día". De igual manera, han comentado que los trabajos se van a centrar ahora en realizar inmersiones en los dos pecios para tener un conocimiento "exhaustivo" de lo que hay bajo el agua y diseñar una estrategia de trabajo de cara a una segunda fase. En cualquier caso, han apuntado que se trata de una zona fangosa en la que el trabajo es "muy difícil" debido a la escasa visibilidad.
Han recordado que la obra de la nueva terminal de contenedores, la cual se inició el pasado 3 de enero, ha conllevado actuaciones arqueológicas previas. De hecho, ya en 2008 se llevó a cabo una campaña de prospección geofísica de la zona de obra y de la zona que se iba a dragar, y luego se realizó otra campaña de prospecciones en 2011. Además, se está desarrollado un seguimiento arqueológico a bordo de draga y han destacado, finalmente, la voluntad de hacer compatible estos trabajos con que la obra se pueda realizar "lo más rápido posible" y conforme a la Ley de Patrimonio.