Tras una década intentando sacar el proyecto adelante y 226 días de intensa filmación, PeterJackson ya puede proclamar a los cuatro vientos: ¡El Hobbit ya está terminada! Al menos en lo que se refiere al rodaje principal en Nueva Zelanda, según ha anunciado el propio director.
"¡Lo hemos conseguido! Día 266 del rodaje y fin de la fotografía principal de El Hobbit. Gracias a nuestro fantástico elenco y a todo el equipo por llevarnos tan lejos tan lejos, y a todos vosotros por vuestro apoyo! La siguiente parada, la sala de montaje. ¡Ah, y la Comic Con!". Con esta publicación su la página oficial de Facebook anunciaba Jackson el fin del rodaje.
Un comunicado que el director neozelandés acompañaba de una foto en pleno set de rodaje medio escondido asomando tras una claqueta de la película. Una fotografía que doce horas después de su publicación ya le gustaba a más de 23.000 personas y había sido compartida en casi 3.800 ocasiones.
Y es que los millones de fans de la obra de J.R.R. Tolkien llevan esperando la adaptación cinematográfica de El Hobbit prácticamente desde que se estrenó la última película de El Señor de los Anillos. Desde entonces se vino hablando del proyecto pero las disputas legales por las ganancias de la Trilogía del Anillo entre Peter Jackson y New Line Cinema dejaron la adaptación en punto muerto durante años
No fue hasta finales de 2007 cuando se anunció oficialmente que El Hobbit saltaría a la gran pantalla en forma de dos películas. En este caso Jackson daba un paso atrás, sería guionista y productor ejecutivo no director.
A principios de 2008 se confirmó que Guillermo del Toro se haría cargo de la dirección. El mexicano se encerró con Jackson, Fran Walshy Philippa Boyens (el trío que adaptó El Señor de los Anillos al cine) en Nueva Zelanda para alumbrar el guión. La idea era empezar a rodar en 2009 para estrenar la primera película en las Navidades 2010. Pero nada salió según lo previsto.
Después de algunos retrasos en la elaboración del libreto y en los trabajos para los bocetos de las criaturas que iban a poblar de nuevo la Tierra Media, llegó el gran varapalo: La galopante crisis económica afectó de lleno a la MGM que estaba prácticamente en bancarrota. El proyecto se paralizó e incluso se llegó a dar por muerto.
LA ESPANTADA DE DEL TORO
Ante el difícil panorama, y tras aguardar varios meses oteando el horizonte esperando un rayo de luz al final del tunel, un impotente Del Toro decidió abandonar el proyecto. El bueno de Guillermo dejaba, con todo el dolor de su mexicano corazón, a Jackson compuesto y sin director.
La espantada del director de Hellboy tuvo lugar a finales de mayo de este mismo año. Desde entonces Jackson, que se ha empecinado como nadie en sacar adelante la película -algo que los seguidores de la saga saben y le agradecen-, buscó sin éxito un director de garantías en quien confiar el nuevo viaje al universo de Tolkien.
No encontró a nadie -por suerte, pensarán muchos fans- y cuando la tempestad de la crisis amainó se dio cuenta que era él el único que podía ponerse al frente de la nave. Lo sabía y no buscó excusas. Jackson nunca olvidó que la Tierra Media, además de apasionarle como pocas cosas, le dio fama universal, eternidad en mundo del celuloide y once Oscar. No podía escurrir el bulto.
LA MALDICIÓN DE EL HOBBIT
Con la luz verde de las tres productoras no son pocos los obstáculos que el antaño rechoncho neozelandés debió sortear hasta que el rodaje de este monstruo de 500 millones de presupuesto que es El Hobbit echó a andar definitivamente.
Incendios en los talleres de los decorados, boicot de los sindicatos de actores, acusaciones de racismo a la hora de configurar el casting e incluso una inorportuna operación de úlcera pusieron en jaque el calendario de un rodaje que comenzó hace ahora 226 días.
El resultado de tantos quebraderos de cabeza lo tendremos en los cines de todo el mundo el 14 de diciembre cuando se estrene El Hobbit: Un viaje inesperado. Un año después llegará a las salas la segunda entrega El Hobbit: Partida y regreso.