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Lunes 18/11/2024
 
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¿Están preparados socialmente los estudiantes de eso?

El estudio sobre el comportamiento de los escolares de la ESO ante cuestiones tan vitales como la violencia en las aulas, el consumo de alcohol o drogas y la sexualidad, elaborado por el Grupo Universitario de Investigación Social del Centro Universitario de Estudios Sociales de Jerez...

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El estudio sobre el comportamiento de los escolares de la ESO ante cuestiones tan vitales como la violencia en las aulas, el consumo de alcohol o drogas y la sexualidad, elaborado por el Grupo Universitario de Investigación Social del Centro Universitario de Estudios Sociales de Jerez, ha sacado a la luz pública una realidad que, en el fondo ya se conocía, pero que a partir de ahora está basada en datos estadísticos, lo que le hace pasar de la ‘suposición’ de una evidencia que la mayoría de la sociedad tenía, a la constatación de un hecho cierto que, a tenor de los datos, se hace mucho más duro de digerir. Tanto que más que quedarse con algún aspecto concreto de lo tratado en el estudio --y hay demasiados sobre los que preocuparse-- la duda que se plantea es si como sociedad estamos sabiendo educar socialmente a nuestros hijos.

Y no se trata tanto de alarmarse por su excesivo adelanto en sus primeras relaciones sexuales (que se empiezan a realizar a partir de los 14 años de media), por su absoluto convencimiento de que beber no es un problema incluso a su edad (13 años de media y con más de un 50% de los chavales que reconocen que ya lo hacen), que sigan asumiendo que fumarse unos porros no es malo, aunque sí se detecta que la caída en las drogas se ve mal, o que su concepto de lo que es la violencia en las aulas roce la desidia, al no verla como tal la agresión a un compañero. No se trata de ninguna de estas características, sino que se trata de todas en su conjunto, porque reflejan a unos adolescentes que simplemente no saben qué es lo que deben hacer y, ante la duda, apuestan por todo lo que tienen a mano, sea sexo, alcohol, drogas o violencia, y lo hacen sin tener una verdadera conciencia de qué es lo que está bien o qué lo que está mal. Y esta falta de valores y, sobre todo, de referencias cercanas, como pueden ser los padres o los propios profesores, lo único que revelan es un fracaso en la educación social que se les está dando y que puede tener unas consecuencias imprevisibles en el futuro o incluso ya en el presente, porque ahora se entiende, por ejemplo, cómo ha podido haber tantos jóvenes implicados en la muerte de Marta del Castillo en Sevilla, porque no han aprendido a saber comportarse y valorar moralmente qué es justo o no.

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