En su visita a Jaén el jueves pasado un amigo gaditano, sorprendido me preguntaba en torno al tranvía. Ni está ni se le espera. Está parado, fue mi respuesta. La imagen del tranvía, del que por cierto nunca fui partidario, refleja en parte la situación de nuestra ciudad.
Una ciudad que se ha estancado, donde los días pasan plomizos, cierran cada vez más comercios y resulta mejor no preguntar al vecino por cómo les van las cosas. Cabeza de cola del desempleo nacional, la crisis aquí ha golpeado fuerte. Por eso en medio de toda esta zozobra, el ascenso del Fuconsa Jaén en fútbol sala y el posible ascenso del Real Jaén a la segunda división vendrían a ser todo un revulsivo. Un balón de oxígeno para que pueda respirar el pulmón de la ciudad y al menos con el deporte como vehículo sentir optimismo y alegría.
Paseaba a media tarde el sábado para reencontrarme con un amigo almeriense a su paso por aquí. Subiendo el Paseo de la Estación apenas me cruzaba con gente, pero conforme me acercaba al Pósito aparecían aficionados pertrechados con los colores albizuales casi por todos lados. Cuando me quise dar cuenta, Jaén estaba invadida por una legión de alaveses. Llenando de ambiente nuestras calles y dejándose un dinerito en nuestros bares. Está claro que eso beneficia a la ciudad por lo que económicamente supone, pero más allá de ello si nuestros equipos escalan peldaños en el deporte el nombre de Jaén vuelve a situarse en el mapa, para bien, y eso sí que es verdad que es importante. Uno se cansa de ver cómo pasa el tiempo y Jaén parece que no cuenta, no existe. Así se lo hice ver en una ocasión a la anterior presidenta del Parlamento andaluz con motivo de un curso que ella clausuró ¿Por qué somos los que menos salimos en Canal Sur? ¿Por qué siempre estamos tan olvidados? Ahora los éxitos deportivos obligan a que las miradas estén puestas en Jaén y se dé una imagen positiva de una tierra que tan mal lo está pasando. Tras haber protagonizado noticias propias de páginas de sucesos, por una gresca en el Ayuntamiento, o de páginas de tribunales, por un proceso judicial, ahora toca ilusionarse con lo que está por venir si se consigue el sueño de subir a la categoría de plata. A ello además tenemos que añadir el enorme mérito que supone hacerlo con un escasísimo presupuesto, pocos medios y contando con gente de aquí. Futbolistas de Arbuniel, Orcera y Mancha Real. Un entrenador de Andújar. Una marca de ropa de Torredelcampo. Todo ello demuestra que con materia prima jienense se pueden conseguir grandes logros.
El Fuconsa ya lo ha conseguido. La alegría puede ampliarse si el Real Jaén lo logra. Deportistas que pueden regalar la felicidad que tanta falta hace en Jaén y la demostración de que los jienenses podemos salir adelante valiéndonos de nosotros mismos. Sí se puede.