El Plan Estratégico contra la Estacionalidad en el que está trabajando la Junta de Andalucía señala, en una de sus líneas, la necesidad de llevar a cabo una desconcentración de los flujos turísticos, de modo que no se circunscriban a un mes concreto o al verano, de ahí que sean necesarias medidas no sólo en el ámbito laboral sino también en el escolar, que pasaría por replantearse el calendario de los colegios y centros universitarios así como de los centros de trabajo.
Esta idea, que forma parte de un plan que está siendo abordado y consensuado entre el sector público y el privado en cada una de las provincias andaluzas, aboga, en su avance, por adoptar políticas institucionales y corporativas para redistribuir esos periodos vacacionales. No obstante, este planteamiento debería ser estudiado y alcanzado con padres y madres de alumnos, así como con la comunidad educativa y laboral.
También aboga este plan, consultado por Europa Press, por fomentar las minivacaciones y la creación de productos de 'breve descanso', además de captar nuevos flujos turísticos en temporada baja, para lo cual hay que diseñar productos, canales de comercialización y acciones promocionales especializadas y ajustadas a las necesidades del público objetivo.
Para ayudar a esa desconcentración se apuesta por campañas institucionales, tanto directas como subliminales, para incidir en que una menor aglomeración supone un mayor confort y calidad de los servicios y, por tanto, mayor satisfacción en el destino.
Otra de las estrategias planteadas pasa por captar nuevos flujos turísticos en temporada baja, para lo que se deben diseñar productos y acciones ajustadas a las necesidades de los turistas. Así, se estima importante captar turistas que no tengan limitaciones temporales --turismo senior, joven y de alto poder adquisitivo--, además de comercializar productos que no dependan tanto de una estación concreta.
La creación de productos es una necesidad, productos que deben estar adaptados a lo que la demanda requiera en cada momento y sin olvidar que los segmentos "no pueden ser compartimentos estancos pues lo que distingue a un segmento es la equivalencia con la motivación principal del viaje".
FIDELIZACIÓN
La fidelización del turista se antoja clave para los destinos, en este sentido, desde el Gobierno andaluz, en este avance del plan, se considera que hay que impulsar programas con beneficios, descuentos y otras ventajas para incentivar a los usuarios a realizar sus desplazamientos hacia Andalucía en temporada baja.
También se considera relevante el aumento de la promoción del destino en los nuevos canales de distribución de Internet, así como a través de aplicaciones en 'smartphones' y redes sociales, especialmente Facebook y Twitter.
Incide en la importancia que tiene la transversalidad y las sinergias entre segmentos, empresas y productos. De hecho, se aboga por potenciar el turismo de reuniones e incentivos empresariales, mejorar la interrelación de los medios de transporte para potenciar la comunicación entre provincias y fomentar aspectos turísticos que no dependan del clima, como puede ser la cultura, enología, gastronomía o turismo idiomático.
Asimismo, considera fundamental aprovechar la oferta de Andalucía y su clima para organizar grandes eventos deportivos, fomentar los viajes combinados por todo el territorio e incentivar la creación de espacios turísticos sostenibles.
TURISMO SOCIAL
Una de las especificaciones de este plan es el fomento de los programas de turismo social a nivel nacional y europeo, unas políticas que "deben considerarse estratégicas", de ahí que haya que reforzarlo en el marco de la Unión Europea "porque son innegables los beneficios sociales y económicos como mecanismo de redistribución de rentas".
En concreto, aboga por mantener y cualificar programas nacionales tipo Imserso o el Turismo Senior Europeo, así como otros para las rentas más bajas, de manera que haya productos turísticos de calidad en temporada baja a precios accesibles.
En cualquier caso, la gestión de la estacionalidad pasa por reforzar la competitividad del destino, mediante el aprendizaje, la profesionalización y formación, de manera que se aprenda "más rápido que la competencia". Innovación, internacionalización e implantación de sistemas de calidad son considerados clave.
En este plan estratégico se aboga por el conocimiento como medio para aumentar el valor de la industria turística y comercial, analizar las tendencias e identificar los factores competitivos en cada segmento, además de profesionalizar el sector y apostar por la colaboración público-privada.
Potenciar el asociacionismo de las pymes turísticas, desarrollar una estrategia de implicación del sector privado en el diseño y ejecución de los programas contra la estacionalidad e impulsar nuevos modelos de cofinanciación son otras medidas que se consideran positivas para luchar contra la que se considera la principal lacra del turismo en Andalucía.